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REVISTA DE LAS HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA RECIPROCIDAD Y COMPARTIR damihi animas 2014 Año LXI Mensual n. 5/6 Mayo/Junio Poste Italiane SpA Spedizione in Abbonamento Postale D.L. 353/2003 (conv. in L. 27/02/2004 n° 46) art.1, comma 2 - DCB Roma
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REVISTA DE LAS HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA

RECIPROCIDAD Y COMPARTIR

damihianimas

2014Año LXI Mensual n. 5/6 Mayo/Junio

Poste Italiane SpA Spedizione in Abbonamento Postale D.L. 353/2003 (conv. in L. 27/02/2004 n° 46) art.1, comma 2 - DCB Roma

4EditorialComunicación, culturadel encuentroGiuseppina Teruggi

5DossierPalabras y gestos de reciprocidad y de compartir

13Primerplano14Espiritualidad Misionera“Mirad como ellos… ¡aman!”

16Alma y derecho¡Coherencia y derrota!

18Cultura ecológicaInterdependencia y reciprocidad

20Hilo de AriadnaLa corresponsabilidad

4

dmaRevista de las Hijas

de María AuxiliadoraVia Ateneo Salesiano 81

00139 Roma

tel. 06/87.274.1 • fax 06/87.13.23.06e-mail: [email protected]

Directora responsableMariagrazia Curti

RedacciónGiuseppina TeruggiAnna Rita Cristaino

ColaboradorasTonny Aldana • Julia ArciniegasPatrizia Bertagnini • Mara BorsiCarla Castellino • Piera Cavaglià

Maria Antonia ChinelloEmilia Di Massimo • Dora Eylenstein

Maria Pia Giudici Gabriella Imperatore • Palma Lionetti

Anna Mariani • Adriana NepiMaria Perentaler • Loli Ruiz Perez Debbie Ponsaran • Maria Rossi

Bernadette Sangma • Martha Séïde

2REVISTA DE LAS HIJAS DE MARÍA AUXILIADORAdma damihianimas

sumario

27En búsqueda28EJS-CulturasSer testimonios del Dios de la vida

30PastoralmenteJóvenes,fe e Iglesia

32Una mirada sobre el mundoUn camino distinto

35Comunicar36Se hace para decirExperimentar

38Mujeres en contextoMujeres que surcan con el Evangelio

40Video Burma VJ

42LibroEl barro de los sueños

44Música y teatroLa formación de la personalidad en el teatro pedagógico

46CamilaOjo por ojo

n. 5/6 Mayo Junio 2014Tip. Istituto Salesiano Pio XI

Via Umbertide 11, 00181 Roma

ASSOCIATAUNIONE STAMPA PERIODICA ITALIANA

TraductorasAlemán • Inspectorías alemana y austriaca

Español • Amparo Contreras ÁlvarezFrancés • Anne Marie Baud

Inglés • Louise PasseroJaponés • Inspectoría japonesa

Polaco • Janina StankiewiczPortugués • María Aparecida Nunes

EDICIÓN EXTRACOMERCIALIstituto Internazionale Maria AusiliatriceVia Ateneo Salesiano 81, 00139 Roma

c.c.p. 47272000Reg. Trib. Di Roma n. 13125 del 16-1-1970Sped. abb. post. art. 2, comma 20/c,

legge 662/96 – Filiale di Roma

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son intercambiables porque “comunicarbien nos ayuda a estar más cercanos y aconocernos mejor entre nosotros, a estarmás unidos. Los muros que nos dividenpueden ser superados solamente si esta-mos dispuestos a escucharnos y a apren-der los unos de los otros”, dispuestos nosólo a dar, sino también a recibir.

El Papa Francisco propone también el ico-no de los discípulos de Emaús, tambiénnosotros estamos llamados a introducir-nos en el diálogo con los hombres y lasmujeres de hoy, para compartir sus espe-ras, dudas, esperanzas y ofrecer la BuenaNoticia que es Jesús. “El reto requiereprofundidad, atención a la vida, sensibili-dad espiritual. Dialogar significa estarconvencidos de que el otro tiene algo debueno a decir, hacer espacio a su puntode vista, a sus propuestas. Dialogar nosignifica renunciar a las propias ideas ytradiciones, sino a la pretensión de quesean únicas y absolutas”.

El Papa auspicia en fin que “nuestra comunicación sea óleo perfumado por eldolor y vino bueno para la alegría” y quenuestra luminosidad “no provenga de tru-cos o efectos especiales, sino del hacer-nos prójimo de quien encontramos heri-do a lo largo del camino, con amor, conternura”. Por esto exhorta a no tener temor de hacernos ciudadanos del am-biente digital.

[email protected]

Comunicación, cultura del encuentroGiuseppina Teruggi

Desde que Pablo VI, el 1 de mayo de 1967,difundió el primer Mensaje sobre “Losmedios de Comunicación Social”, se han ce-lebrado muchas Jornadas mundiales CS,hasta la actual del domingo que precede aPentecostés. Por los Mensajes, captamosuna sección de conocimiento del pensa-miento de la Iglesia sobre la comunicación,una base acreditada para ulteriores análisis.

El tema del 2014 parece un reflejo de la vi-da del papa Francisco, que presenta la co-municación como servicio de una autén-tica cultura del encuentro. La temática nostoca de cerca en esta fase de preparaciónal CG XXIII, que hace de la relación el ejeen la construcción de una casa que evan-geliza.

“La comunicación es una conquista máshumana que tecnológica”, observa el Pa-pa. “Me gusta definir este poder de la comunicación como ‘proximidad’ ¿Cómose manifiesta la ‘proximidad’ en el uso delos medios de comunicación y en el nue-vo ambiente creado por las tecnologíasdigitales? Encuentro una respuesta en laparábola del Buen Samaritano, que estambién una parábola del comunicador.Quien comunica, se hace prójimo”. El Pa-pa manifiesta que los media tienen el poder de hacernos sentir más próximoslos unos de los otros y de hacernos cap-tar el sentido de la familia humana en lasolidaridad y en el compromiso para unavida más digna.

Cultura del encuentro y comunicación

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4REVISTA DE LAS HIJAS DE MARÍA AUXILIADORAdma damihianimas

editoriale

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Palabras y gestos

de reciprocidad

y de compatir

jer, entre hermanos, entre colegas, entre lai-cos y religiosos; se define, además, “recipro-cidad educativa” la relación entre padres ehijos, entre educador y niños, muchachos yjóvenes. En las relaciones más cotidianas aveces nos encontramos viviendo mal porfalta de reciprocidad; se es disponibles, generosos, pero sin reciprocidad. Se viveun estado de frustración continua, de me-nosprecio, parece que dependemos de loscaprichos de los otros, se acumula inseguri-dad y no se comprende porque los otros nocomparten, nos sentimos defraudados, in-comprendidos, y la calidad de las relacionesse derrumba quitando serenidad, posibili-dad de sensaciones bonitas, de gratificacio-nes, de lo positivo.Enzo Bianchi, fundador de la comunidad deBose, en un escrito suyo afirma: “El don ver-dadero no quiere la reciprocidad”. El discur-so sobre la reciprocidad ciertamente noparte de una idea contable de las relacionesentre las personas (dar y tener), y no presu-pone una continua verificación de estascuentas ideales, sino que exige una pregun-ta hacia arriba: ¿Cómo es nuestra relacióncon los demás? ¿Qué entendemos por“amor”? Reciprocidad significa por defini-ción “entregar un bien en las manos de otrosin recibir en cambio algo”.

Hay una palabra de Jesús – no referida enlos Evangelios, pero recordada por el após-tol Pablo en su discurso en Mileto referidoen los Hechos de los Apóstoles – que esmuy elocuente: “Hay más alegría en el darque en el recibir”. El acto del darse provoca

Palabras y gestos de reciprocidad y de compartirGabriella Imperatore

En la cultura contemporánea, fuertementemarcada por el individualismo, se nota unaprofunda necesidad de relaciones interper-sonales, de comunicación auténtica quepermita superar el aislamiento y estableceruna confrontación constructiva con los de-más. Tal necesidad se expresa no sólo comoun estar con el otro o un estar para el otro,sino también con el conocimiento crecien-te de un estar gracias al otro. Es una actitudque requiere descentrarse, ponerse de laparte del otro en una situación de igualdadreal, y no sólo nominal, que hace posibleuna verdadera confrontación en la que sepide no tanto que el otro cambie, sino quenos haga disponibles al cambio. Es el princi-pio de la reciprocidad; cada cual está llama-do a dar y a recibir, a construirse en la rela-ción de la recíproca donación, en el com-partir y en la libre interdependencia poramor.

Relación de reciprocidad

La vocación a la reciprocidad y, por lo tanto,al compartir parte del reconocimiento de laoriginaria y complementaria diversidad, re-conocida como riqueza. Es una de las clavespara vivir mejor, todos. Todos los días. La fal-ta de reciprocidad nos hace vivir mal. Hoy,se habla, cada vez con más frecuencia deética de la reciprocidad, sobre todo en rela-ción a la mujer, pero desdichadamente éstano siempre se pone en práctica.El tema de la reciprocidad invierte la dimen-sión de las relaciones a todos los niveles,pero no con todos de la misma manera; re-lación de reciprocidad entre hombre y mu-

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alegría aunque el otro permanezca indife-rente o, más todavía, presuntuoso; sin em-bargo es siempre persona que se percibecomo esperanza de comunión. En el darse,que va más allá de la justicia, se hace espa-cio el amor que está inspirado en la supera-bundancia, como declara Benedicto XVI enla Encíclica“Caritas in Veritate” y lleva consi-go la “buena deuda del amor”. El darse (quese puede manifestar como cuidado, comopresencia, como compartir…) no pide y noestá sometido a la esperanza de la restitu-ción, si embargo lanza una llamada, suscitauna responsabilidad, inspira y crea un vín-culo. ¿Se convertirá en reciprocidad? Qui-zás con el tiempo, pero aunque no se con-virtiera en reciprocidad explícita, la personasabe descubrir en el corazón del otro y saberecibir del otro, lo que de bien, de verdade-ro y de bello él custodia en lo profundo desu ser. Así crece en el otro la “deuda delamor” que es constitutiva del hombre, por-que cada vida humana tiene origen por unadeuda de amor. No todos los días se sabrácompartir con esta apertura y libertad decorazón, pero es importante que no venganunca a menos la convicción de que la reci-procidad se construye a partir de cada per-

sona, es una meta, es un objetivo, también alargo plazo.

Don Bosco y Madre Mazzarello: una rela-ción de Fundadores en la reciprocidad

La relación de reciprocidad caracterizó des-de los inicios la relación entre Bosco y lasprimeras Hijas de María Auxiliadora enMornese. La relación entre Don Bosco yMadre Mazzarello fue original porque noestaba orientada a la sola dirección espiri-tual sino, por el contrario, estaba orientadapor la y a la misión educativa.La relación de reciprocidad que afianzaronentre sí los Fundadores estaba enfocada agratuidad, compartir y comunión. En losaños 1862-1869 se advierte, por parte deDon Bosco, la intuición del valor de la per-sona, del significado espiritual y del valormoral del grupo, mientras que por parte deMaría Dominica se evidencia la significativaintuición de la humanidad y de la santidadde Don Bosco, así como de su misión edu-cativa. Se lee en la Cronohistoria: “Don Bos-co llega a Mornese con sus jóvenes en 1864para abrir un colegio para los muchachosdel pueblo. María lo mira e exclama:”DonBosco es un santo, y yo lo siento”. Don Bos-

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Palabras y gestos de reciprocidad y de compartirGabriella Imperatore

cera, de compartir, de escucha, de perdón.Y en Mornese ¿cómo era la vida? El clima deMornese es aquel atestiguado por las pri-meras hermanas que, junto a Madre Mazza-rello vivían el estilo de la proximidad, de la“familiaridad”, de la reciprocidad-compartir,actitudes que hacen explícitas una de lasprincipales instancias preventivas de la edu-cación salesiana.María Dominica fue “discípula” de Don Bos-co por la inteligente docilidad con la que in-tuyó, comprendió, acogió y llevó a cumpli-miento la inspiración primigenia del Funda-dor, en la cual estaba presente, como engermen, el ser entero del Instituto y el dina-mismo de su expansión a lo largo del cursode la historia. Por lo tanto, fue “discípula au-téntica” en un libre y total seguimiento, co-mo riesgo y audacia de una presencia y unamisión que se han prolongado en el espacioy en el tiempo.Don Bosco, por su parte, fue inspirador, co-laborador y guía de María Dominica y delnaciente Instituto a través de su presenciadiscreta, inteligente y prudente; valiéndosede las mediaciones, aplicando el SistemaPreventivo como criterio de discernimiento.En conclusión, el estilo de reciprocidad vivi-do por nuestros Fundadores queda unejemplo a imitar, un paradigma de relacióncon el que confrontarse y en el que inspirar-se.Por su relación se puede comprender có-mo cada persona, partiendo de la vocaciónque le es propia, está llamada a integrarseen armonía con el otro/a. Por otra parte es-to está confirmado también por nuestra es-tructura antropológica (la dimensión uni-dual del ser humano), por la reflexión teo-lógica (estamos creados a imagen de DiosTrinidad, comunión de personas que seaman en reciprocidad), por el Sistema Pre-ventivo como espiritualidad y método edu-cativo. En efecto, el “espíritu de familia” queha de permear los ambientes salesianos,para realizarse requiere la integración de

co visita el pequeño taller de las Hijas de laInmaculada y queda asombrado por ello”.Con el pasar de los años (1869-1876) hay unintercambio de “sentido”: de puntos de vis-ta, de propuesta-aceptación, de compartir,de colaboración por el surgir y consolidarsede una nueva realidad hacia la que conver-gen los dos “polos” de la relación, “corres-pondiendo” no sólo psicológica y espiritual-mente, sino también históricamente. En losaños 1876-1881 se llega a la manifestaciónmás alta y expresiva de la reciprocidad. Nosólo es convergencia de pensamiento, pun-tos de vista, metas, ideales, sino de afecto,voluntad, don interior. Esta convergencia“crea” el Instituto naciente.La relación de reciprocidad se desarrolla yse consolida gracias a la actitud de los dosFundadores. En efecto, María Dominica, fuepara Don Bosco una verdadera ‘ayuda’ pre-cisamente por su comprensión e intuiciónfemenina dentro del carisma salesiano, ypor su compromiso total y absoluto al llevara cumplimiento un designio providencial.Su aportación en la fundación del Institutofue, por lo tanto, sustancial.En cambio, Don Bosco tenía confianza en lacapacidad de animación de Madre Mazza-rello, designada por él como guía del Insti-tuto. Por esto, recomendaba a Don Caglie-ro, director espiritual de la comunidad, quela dejara hacer en la traducción al femeninodel espíritu salesiano.Así reconocía la aportación enriquecedorade una modalidad distinta toda femenina enla animación y gestión de la obra educativadel naciente Instituto.“Como el Padre me amó, así también yo oshe amado”, con el mismo amor infinito, in-mutable, total, incondicional. (cf. Jn 14).Es la atención concreta a la persona: “Los jó-venes sientan que son amados” recomen-dada por Don Bosco. Cada uno sabía que“era amado” con “amor de predilección”,hecho no de particularidades, caricias, privi-legios, sino de una sonrisa, de acogida sin-

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distintas figuras de referencia, sobre todode educadores/educadoras que, en reci-procidad relacional sepan recrear el climade la familia natural. El Documento “En pre-paración al CGXXIII” subraya: “La comuni-dad educativa se configura como “lugar deencuentro y de reciprocidad, donde seeduca y nos educamos, en la atención a locotidiano para captar los signos de la pre-sencia de Dios”. Los jóvenes no llegan aDios, al encuentro con Jesús, si sólo habla-mos de Él, sino si ellos pueden tocarlo, ha-cer su experiencia en una comunidad quevive y testimonia, si les ofrecemos las con-diciones para que ellos mismos sean agen-tes de transformación y de evangelizaciónen su ambiente,También la presencia en el ambiente de va-rias generaciones provoca y enriquece la vi-da y el diálogo intergeneracional y es expre-sión de un clima de familia donde todos tie-nen voz y cada cual da una aportación espe-cífica a la armonía comunitaria”.

La reciprocidad en la Iglesia y ¡la evange-lización hoy!

Para la Iglesia, la elección de la opción pre-ferencial por los pobres no es una posibili-

dad entre muchas, sino un elemento inde-rogable de su forma y un lugar de particularemergencia de la reciprocidad. Tal opcióneclesial encuentra su fundamento en la co-rrespondencia al estilo de vida de Dios, re-cordado con breves pero eficacísimos ras-gos por el Papa Francisco en el Mensaje pa-ra la Cuaresma 2014.“Dios no se revela con los medios de la po-tencia y de la riqueza del mundo sino conlos de la debilidad y de la pobreza; “De ricoque era, se ha hecho pobre por vosotros”.Cristo, el Hijo eterno de Dios, igual en po-tencia y gloria con el Padre, se ha hecho po-bre, ha bajado en medio nuestro, se ha he-cho cercano a cada uno de nosotros; se hadespojado, “vaciado”, para hacerse en todosemejante a nosotros (cf. Fil 2,7; Heb 4, 15).Es un gran misterio ¡la encarnación deDios! Pero la razón de todo esto es el amordivino, un amor que es gracia, generosidad,deseo de proximidad, y no vacila a darse y asacrificarse por las criaturas amadas. La cari-dad, el amor es compartir en todo la suertedel amado. El amor hace símiles, crea igual-dad, derriba los muros y las distancias. YDios ha hecho esto con nosotros. En efecto,Jesús “ha trabajado con manos de hombre,

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Don atraviesa las disparidades más radica-les.Por eso ésta se deja interpelar y convertir,en su hacer y en su decir, por la revelacióndel Abbá-Dios en Jesús y encuentra, en sudiálogo con el Espíritu, la creatividad nece-saria para restituir el don, viviendo la reci-procidad en el cuidado y en la proximidadcon todos, sobre todo cuantos todavía hoy sufren con los innumerables rostros de lapobreza: de sentido, de relación positiva, de esperanza.La actitud de reciprocidad nace por el cono-cimiento de que hoy cada hombre es po-bre, radicalmente necesitado de misericor-

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ha pensado con inteligencia de hombre, haactuado con voluntad de hombre, ha ama-do con corazón de hombre. Naciendo deMaría Virgen, él se ha hecho verdaderamen-te uno de nosotros, en todo semejante a no-sotros menos en el pecado”.Estas afirmaciones sostienen el afirmarse dela opción preferencial por los pobres que“es para todos” y constituye un punto de noretorno de la conciencia eclesial que sequiere formada por el Evangelio. La comuni-dad cristiana custodia la memoria de la en-trega incondicional de Dios que da vida ple-na a todos sus hijos y tiene compasión sobre todo del más necesitado, porque su

Reciprocidad y compartir en un mundo pluralEn la Exhortación apostólicaEvangelii Gaudium, el PapaFrancisco escribe: “La Igle-sia, guiada por el Evangeliode la misericordia y por elamor al ser humano, escu-cha el grito por la justicia ydesea responderle con to-das sus fuerzas”. En este cua-dro se comprende la peti-ción de Jesús a sus discípu-los: “Dadles vosotros de co-mer” (Mc 6,37), y esto im-plica tanto la colaboraciónpara resolver las causas es-tructurales de la pobreza ypara promover el desarrollointegral de los pobres, comolos gestos más sencillos y co-tidianos de solidaridad antelas miserias muy concretasque encontramos”. La “Cooperativa Sociale Na-zareth” – con sede en Cre-mona, una pequeña ciudadde provincia – para promo-ver los valores de la cohe-sión social, reciprocidad y

solidaridad, parte de la es-cucha de una necesidadconcreta: la presencia demenores no acompañados yla fragilidad de su situación,que puede ser una amenazao un recurso para la comuni-dad. A partir de este dato,que interpela a la ciudad,pone en acto primero unatentativa de comprensióndel fenómeno y, es decir,“¿por qué precisamenteaquí tantos menores noacompañados?” y, a partir decuanto surge y gracias a lapresencia de retos amisto-sos o de parientes, activa res-puestas corales e inclusive alos retos de hoy.La idea es sencilla pero a lavez potente; activar una redde familias de confianza, engrado de dar casa, afecto,educación a los menores ex-tranjeros no acompañados,yendo entre las familias deemigrantes ya insertas en la

ciudad, y también entre losindividuos que ya han vividoaquel tipo de experiencia.Valorando la capacidad deacogida, que no es el asis-tencialismo, para producirvalor y unión con la energíaque surge de dos fuentesfundamentales: la reciproci-dad y la gratuidad.La primera, contrariamentea un sentido común algocondescendiente, tiene quever profundamente con ladimensión de la hospitali-dad; que viene de “hostis”,término latino que significatanto ‘extranjero’ cuanto‘enemigo’, al cual se añadeel término “-pa”, que indicael ‘cuidarse’. El extranjero, deenemigo “hostis”, se ha con-vertido en huésped “hos-pes”.Es precisamente el “cui-darse” que neutraliza el po-tencial de amenaza del ‘ex-tranjero’ y transformarlo de

dia, marcado por el deseo de un cumpli-miento que le excede y que puede recibirsólo en oferta, de una u otra manera cadauno lleva los signos visibles de su pobreza,las heridas de sus fallos que por gracia pue-den ser perdonados. En la lógica de la reci-procidad, no basta hacer por los pobres; se trata más bien, como subraya el PapaFrancisco, de vivir en amistad con ellos. Unacomunidad cristiana capaz de reciprocidad,que sea un “ambiente de fe comunicativo”,se abre constantemente a nuevos miem-bros, a nuevas peticiones y retos, ante todopor parte de los pobres.En la Exhortación apostólica Evangelii Gau-

dium, el Papa Francisco escribe: “Para laIglesia la opción por los pobres es una cate-goría teológica antes que cultural, socioló-gica, política o filosófica. Dios les concede‘su primera misericordia’. Esta opción – en-señaba Benedicto XVI – ‘está implícita en lafe cristológica en aquel Dios que se ha he-cho pobre por nosotros, para enriquecer-nos mediante su pobreza’. Por esto deseouna Iglesia pobre para los pobres. Ellos tie-nen mucho para enseñarnos. Además departicipar en el sensus fidei, con los propiossufrimientos conocen al Cristo doliente. Esnecesario que todos nos dejemos evangeli-zar por ellos. La nueva evangelización es

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posible enemigo, en ‘hués-ped’. Una categoría de la re-ciprocidad, que define en suunión tanto a quien hospedacomo a quien es hospedado,porque precisamente estaapertura acogedora regala aambas partes una nuevaidentidad.Es la experiencia del “bloquesolidario”; como dividiendose multiplica, según la lógicaparadójica de la excedencia,así el encuentro de fragilida-des no es necesariamenteuna suma de crítica en creci-miento, sino una forma parareducirlas y contenerlas. Po-ner juntos en la misma casa amujeres solas con hijos, me-nores no acompañados, exmenores no acompañados,también por la precariedadde encontrar recursos, conla coordinación de un volun-tario privado de trabajo, segenera un contexto a vivir yacogedor, donde se experi-menta una vida digna en lareciprocidad y compartir delas propias fragilidades.

Las familias extranjeras aco-gedoras reciben de estegesto de hospitalidad unamirada nueva, de gratitudpor parte de la ciudad y delas instituciones, al mismotiempo experimentan la pro-pia capacidad de hacerse‘seno hospitalario’ para mu-chas otras historias frágiles,como un tiempo fue la suya.Esta práctica cotidiana con-tribuye a ‘hacerse conscien-tes’ las mismas familias de suunión de reciprocidad y devaloración de los propios re-cursos.La otra fuerza potente es lade la gratuidad. Difícil com-partir lo que no se ha reci-bido; conocer y hacer pro-pio lo que no se ha experi-mentado. Es el caso del jo-ven senegalés, ex menor noacompañado acogido, que asu vez acoge a un menor noacompañado. En un mundodonde todo está “bajo con-trato”, la gratuidad recibida,que se transforma en don,representa una fuerza arro-

lladora, un “más” respecto alo debido que pone en cír-culo nueva energía, una ex-cedencia que moviliza recur-sos poniéndolos en sinergia.El circuito de la gratitud, enefecto, no queda confinadoen la relación tú-yo, en laobligación, en el contracam-bio que el don peligra así amenudo de producir, peroes excéntrico y vital, precisa-mente porque la restituciónno procede hacia atrás haciaquien nos ha ayudado, sinohacia adelante hacia quienpuede necesitarnos. La resti-tución más bella es la querestituye a otros, que poneen círculo recursos frescosy nuevos. Y, sobre todo, tes-timonia la humana capaci-dad de compartir y de aten-ción hacia los otros vistoscomo hermanos; es precisa-mente aquel “I care” que,justamente, Don Milani ha-bía puesto en el centro de lapropia acción educativacomo antídoto al ¡“who ca-res”!

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... una invitación a reconocer la fuerza salvíficade sus existencias y a ponerlas en el centrodel camino de la Iglesia. Estamos llamados adescubrir a Cristo en ellos, a prestarlesnuestra voz en sus causas, pero también aser sus amigos, a escucharles, a compren-derles y a acoger la misteriosa sabiduría queDios quiere comunicarnos a través deellos”.Cuando la comunidad cristiana pone en elcentro a los pobres en la gratuidad delamor, compartiendo fraternidad, libertad ycuidado, se actúa una reciprocidad por laque el bien dado vuelve a ella, en aquel mis-terioso intercambio que muchas personashan podido experimentar con la sorpresade “haber recibido más de cuanto hayan da-do”. Cuando se experimenta el verdaderocompartir con los pobres, la reciprocidad se

realiza en una forma sorprendente y launión con el pobre se convierte en una gra-cia providencial para la persona singular ypara la comunidad; el bien dado viene mis-teriosamente restituido como una “bendi-ción”, volviendo al donante como fuerza yvida recibida del pobre.Lo que empuja al creyente es el amor recibi-do de Dios, que mueve la libertad a la com-pasión por cada hombre, sobre todo cuan-do se encuentra en la indigencia: “uno hamuerto por todos” y todos, nadie excluido,están llamados a ser criaturas nuevas enCristo (cf. 2Cor 5, 1) en una vida buena y a lavez feliz. La Iglesia anuncia a los pobres laBuena Noticia con las palabras y en lasobras, para que nadie se piense excluido dela entrega incondicional de Dios.Con los pobres –como con los enemigos- elamor es fácilmente despojado de las gratifi-caciones que una reciprocidad paritariapuede ofrecer, y pide activar sobre todo elregistro de la gratuidad. Sin embargo, miste-riosamente, en la relación con los pobres lareciprocidad se actúa de forma inaudita,una gracia de bendición brota de la unióncon ellos.En el Ángelus del 27 de enero de 2014, el Pa-pa Francisco dijo: “Los pobres son maestrosprivilegiados de nuestro conocimiento deDios; su fragilidad y su sencillez desenmas-caran nuestros egoísmos, nuestras falsas se-guridades, nuestras pretensiones de autosu-ficiencia y nos guían a la experiencia de lacercanía y ternura de Dios, a recibir en nues-tra vida su amor, su misericordia de Padreque, con discreción y paciente confianza, secuida de nosotros, de todos nosotros.Las Comunidades cristianas sean verdadera-mente ¡lugares de acogida, de reciprocidady de compartir! La Iglesia ha de salir de símisma. ¿Dónde? Hacia las periferias existen-ciales, sean cuales fueren, pero ¡ha de salir!‘¡Id por todo el mundo! y proclamad la Bue-na Nueva a toda la creación’.” (Mc 16, 15).

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Profundizaciones

pedagógicas bíblicas

y educativas

que reza y trabaja junta, que comparte lasalegrías, las esperanzas, los sufrimientos… locotidiano.Es dentro de una comunidad y con la comu-nidad como Sor Ángela Vallese escribió lahistoria del Instituto de las FMA en el conti-nente americano. La comunidad de Sor Án-gela Vallese, como la comunidad de los pri-meros cristianos, hacía signos y prodigios,suscitaba asombro; compartía no sólo el pansino también la pobreza, gozaba la simpatíade los indígenas, sobre todo de las niñas y delas mujeres, y a ella se añadían otras perso-nas. Pensemos en Laura Rodríguez, la primerafma de América. Laura hizo su ingreso en elInstituto en Villa Colón (Uruguay), en unacasa muy pobre pero impregnada del amorde Dios, que se transparentaba en la miradadulce y firme de Sor Ángela Vallese su direc-tora. Era el 14 de mayo de 1878. “Al día si-guiente con aquella postulante, signo tangi-ble de la fecunda bendición de Dios sobre el Instituto, la pequeña comunidad podíainiciar con un fervor de primicia la novena a la Virgen Auxiliadora. También en Amé-rica el ‘monumento vivo’ iba a poner su fun-damento estable. Naturalmente, el postu-lantado de Laura fue todo en la escuela demadre Vallese y de sus jóvenes hermanas;escasas palabras y sólido testimonio. Lauraaprendió a buscar en todo sólo el beneplá-cito de Dios, a amarlo con el fervor del sacri-ficio, con el ansia insaciable de llevar a suCorazón de Padre a muchas niñas; aprendióa hacer del trabajo una oración incesante, a abandonarse con confianza en María Auxiliadora, que del Instituto es la Madre

Revisitando la comunidad de los primeroscristianos, leemos en los Hechos de los Após-toles que todos “Acudían asiduamente a laenseñanza de los apóstoles, a la comunión, ala fracción del pan y a las oraciones. […] To-dos los creyentes vivían unidos y tenían todoen común. […] Acudían al templo todos losdías, partían el pan por las casas y tomaban elalimento con alegría y sencillez de corazón.Alababan a Dios y gozaban de la simpatía detodo el pueblo” (Hechos 2, 42-47).Los primeros cristianos eran reconocidos yapreciados por el amor mutuo. Se decía deellos “mirad como se aman” y los paganos seconvertían porque veían la belleza y la im-portancia de su quererse. El amor se ve, no esvirtual, es más que real y el anuncio del Evan-gelio se cumple a través del amor concreto,tangible y visible.Mirando a la Primera Expedición misioneraFMA (Mornese – 1877) contemplamos unacomunidad en marcha con el único motivode llevar el amor de Dios a una tierra lejana,a la Patagonia “tierra prometida”, a la genteque todavía no conocía a Jesús.Esta comunidad guiada por la joven Sor Án-gela Vallese, tenía en común dos baúles quecontenían toda su riqueza, dos cuadros deMaría Auxiliadora (uno “robado” de la sacris-tía de Valdocco y bendecido por Don Boscoy el otro – digamos – “tomado en préstamo”por el Colegio de Mornese por Don Costa-magna); además del ansia de ir a América aevangelizar a los indígenas: “la alegría deevangelizar”…“El anuncio no es nunca un hecho perso-nal”. El anuncio es fruto de una comunidadque vive “reunida en el nombre del Señor”

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a Mirad como ellos... ¡aman!Maike Loes

Salesianos y FMA llegan a Patagonia el 20 deenero de 1880. Es lo cotidiano vivido en humil-dad y servicio lo que revela la grandeza de Sor Án-gela Vallese, una mujer consagrada que hizo de lacomunidad “no una morada estable, sino unabase de ímpetu”, para llevar a toda la Patagonia el“fuego” del Amor de Dios.Don Giuseppe Fagnano, partió para América en1875 y luego fue enviado por Don Bosco al ex-tremo sur del mundo, cuando llega a Patagones,antes que nada unifica las dos parroquias de Car-men y Mercedes de Patagones que están de frenteen las dos orillas del Río Negro y funda un cole-gio para los niños de las tribus indígenas. Los tes-timonios demuestran que la misión verdadera-mente echa raíces en el territorio con la llegada dela comunidad de fma animada por Sor Ángela Va-llese. En el colegio, las hermanas instruyen a lasmujeres y a las niñas, las preparan para el Bau-tismo. El número de las alumnas aumenta de añoen año, y obliga a la comunidad a trasladarse auna casa más grande. Atestigua Lino Del Valle, ensu Estudio, que “sin las hermanas… en la conver-sión de la pampa y de la Patagonia, las misionessalesianas habrían seguido la misma suerte deaquellas de los anteriores misioneros…” DonCostamagna, en una carta a Don Bosco de fecha19 de agosto de 1879, dice entre otras cosas:“Nunca me hubiera imaginado que nuestras her-manas nos pudieran ayudar tanto en una misión.No se hubiera hecho verdaderamente tanto biena las mujeres y a las muchachas sin la intervenciónde las hermanas. A su catecismo acudían, ademásde las niñas, también muchísimas señoras que

pendían de sus labios como de los de un predica-dor. Mientras nosotros sacerdotes estábamos ce-rrados en el confesionario, las cuatro hermanas es-taban instruyendo a una cierta distancia, y nosmandaban los penitentes tan bien preparados,que a muchos les saltaban los lagrimones doble-mente”.La comunidad de Sor Ángela es una comunidadque trabaja bastante, y encuentra el tiempo parala oración, para la alegría y también para el silen-cio. Todo se vive juntos, sencillamente juntos, sinnecesidad de órdenes. “Es la costumbre de lo co-tidiano, el laborioso respeto de las reglas de laobediencia y de la pobreza es esto que se vive yse transmite a las niñas y a las muchachas, queaprenden muchas cosas de los libros y de las cla-ses, pero sobre todo de la vida al lado de sus ‘ma-dres blancas’.”Desde Carmen de Patagones, el 6 de octubre de1880, Sor Ángela Vallese escribe a Don Bosco unacarta en nombre de todas dejando transparentarel grosor de vida de una comunidad en misión, eldeseo de anunciar el Evangelio y de alcanzar lameta de la santidad. “Antes de cerrar este folio qui-siera rogarle a Usted un favor, antes bien, dos. En-comiéndenos de forma especial a María Auxilia-dora, nuestra dulcísima Madre, a fin de que, mien-tras hemos venido a estos lejanos países a dar aconocer a nuestro celestial Esposo Jesús. Le sea-mos fieles hasta la muerte. Nosotras, las cuatro,deseamos hacernos santas, y esperamos lograrlo,si Usted reza por nosotras”.Nosotras todas… ¡nuestra comunidad…!A este punto, va bien añadir cuanto escribió a DonBosco el director de la misión en la Patagonia,Don Fagnano, el 5 de septiembre del mismo año:“Las hermanas le escribirán también ellas. Deellas he de decir que trabajan con valentía viril, yson muy amadas por el pueblo”.

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Sor Ángela Vallese, mujer de comunión,de comunidad

tierna y la Educadora sapiente”.Y ¿qué decir de las cuatro niñas huérfanas,de la tribu onas, llevadas por Mons. Fagnanodespués de un viaje a Tierra del Fuego y en-tregadas a los cuidados de Sor Ángela Va-llese y comunidad? Las niñas se habían que-dado solas después de momentos de terrory confusión: hombres blancos, disparos, san-

gre, muerte, huída… Entre ellas, la pequeñaLuisa Peña, cuya vida se sosiega y se trans-forma en contacto con Sor Ángela Vallese, la única capaz de entenderla aún sin deciruna sola palabra. Basta la mirada, la pacienciamaterna, la protección dada, la presencia vigilante que calma e infunde valentía y con-fianza.

adelante las propias ideas, de respetaraquellos valores que elegimos hace untiempo respecto a los otros. Sobre todo encontextos incómodos, donde se pidencuentas y razón hasta la última implicaciónde aquellas ideas y de aquellos valores.Sensacional la batalla de los lemas conduci-da en las páginas de los diarios, a golpe deeditoriales, blog y comentarios varios. Otracosa es la lucha de la vida.Disparar una estrepitosa idea que atrae con-sentimientos de un auditorio, logra hacerdivinos a cualquiera; hace sentir brillantes ycompetentes, extraordinarios. Pero sóloaquella idea que se defiende delante de laprueba de los hechos es digna de nosotros;y la prueba de los hechos no se tendrá nun-ca detrás de la confortante pantalla de unordenador personal o dentro del cenáculomás familiar para nosotros. Ésta nos obliga-rá a expresar nuestro punto de vista cuandomenos lo esperemos, cuando menos lo qui-siéramos, ante las personas menos dispues-tas a acogerlo. En aquel momento se verácuánto creemos en aquella idea, cuán dis-puestos estamos a defenderla, cuán honra-dos sabemos ser con nosotros mismos.Para hacer vivir de forma auténtica aquellosvalores que hemos desposado no basta dar-les voz en tiempos propicios.Es lo cotidiano del testimonio, vivir en la exi-gencia de aquellos valores, que se verificaen el rigor. No cede a intereses personaleso familiares, no pacta con razonamientos deoportunidad cuando finalmente llega elmomento en el que se nos pide que apli-quemos nuestras convicciones.

¡Coherencia y Derrota!Rosaria Elefante

En el proceso de mistificación de las pala-bras, en que estamos inevitablemente todosimplicados y a menudo, quizás, también so-mos responsables, uno de los conceptosmás vulnerables es aquel unido a la cohe-rencia. Pero ¿qué es la coherencia?¿Cuántas veces ocurre que oímos retumbardeclaraciones absolutas literalmente cata-pultadas en sustancia el día después y conenvidiable aplomo nos viene referido unagravio de mala interpretación de cuanto seha argumentado? Predicar bien y escarbardiversamente es la “traición” a la que pocoa poco nos estamos acostumbrando. Pero¿qué es la coherencia? Paradójicamente hoyse ha hecho casi difícil delinear su significa-do. El respeto de una conducta en el modode pensar, ver, actuar e interpretar las cosas,no es fácil sobre todo si no se tienen crite-rios de referencia, o bien de los valores.Ser coherentes significa estar en línea siem-pre con los principios morales o ideológi-cos que en nuestra cabeza existen en reali-dad, pero dejamos que vivan serenos y tran-quilos. Por consiguiente la coherencia esaquel respeto por aquellos valores-princi-pios-ideales que cada uno de nosotros tie-ne, por lo tanto sin renegarlos o traicionar-los, o sencillamente dejarlos vivaquear ennuestro ínterior.El problema (siempre que lo sea) nace cuan-do la coherencia se hace incoherencia, don-de esta última es claramente el venir a me-nos de todos los enunciados arriba expues-tos.Precisamente entonces, pues, la coherenciase convierte en valentía. El coraje de llevar

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La capacidad de modelarse a las ideas pro-fesadas en el arco de una vida es una cuali-dad que cada ciudadano libre debería culti-var ante todo en el propio “jardín”, aún an-tes de pretender luego aquella misma rigu-rosa actitud a los sujetos que actúan en laesfera pública y que cada uno de nosotroselige dar la investidura de la propia repre-sentación.La coherencia y el respeto de valores libre-mente elegidos, no son una calidad innata,que se agota en un satisfactorio rasgo de ca-rácter. Bien distinto. La coherencia es unejercicio cotidiano, obstinado, testarudo,capaz de entrar “en crisis”. Sustraerse a estosignifica abdicar a determinar la propia vida,para conformarse a los valores y a las ideasde otros, con otras palabras “dejarse vivir”.La coherencia requiere un rigor ético, queno es fanatismo.También para quien está siempre dispuesto

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al compromiso, inclinado a achaflanar losángulos ajenos, dispuesto a volver y hacertomar en los propios pasos, al menos debe-ría una vez en la vida probar y defender unvalor en el que cree fuertemente hasta susextremas consecuencias, ¡cueste lo quecostare! Hasta que la derrota les rinda granhonor. La historia nos ha enseñado que per-der con honor puede ser más gratificanteque ganar villanamente.Y entonces, en una época de valores enequilibrio y minados en la raíz, la exhorta-ción y al mismo tiempo la provocación queme noto en la conciencia que he de haceres que todos, al menos una vez en la vida,tengan el coraje de ser coherentes hasta laderrota y sin miedo. En el momento de larendición final se saboreará la verdaderaesencia de la libertad.

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un adecuado equilibrio de nuestro am-biente natural es posible sólo cuando esta-mos en grado de favorecer una auténticaecología humana, es decir, cuando promo-vemos relaciones humanas e interaccionesque respeten la dignidad de las personas,el bien común y la naturaleza misma.

Respetar la gramática de la creación

En la Caritas in Veritate se lee: “Cuando noscuidamos de la creación, estamos en gradode reconocer que Dios, mediante el uni-verso, se cuida de nosotros”. Desde esta ló-gica de a reciprocidad, estamos invitados ano tener miedo de identificar la “gramáticade la creación”. Esto implica el conocimien-to del orden interno de la creación y el res-peto del equilibrio de los ecosistemas re-conociendo la mano creadora de Dios. An-tes bien, en la colaboración y en el diálogo,la persona está llamada a entender cadavez mejor su tarea de custodio y adminis-trador responsable del universo. El am-biente natural no es una materia de la quedisponer a placer sino “obra admirable delCreador, que lleva en sí una gramática queindica finalidad y criterios para una utiliza-ción sapiente, no instrumental y arbitraria.Hoy muchos daños al desarrollo procedenprecisamente de estos conceptos distor-sionados” (nº 48), como aquellos que redu-cen la naturaleza a un sencillo dato de he-cho o la consideran más importante que lapersona humana.

Aprender los principios de la ecología

Para cultivar una auténtica ecología huma-na es necesario conocer y respetar los prin-

Interdependencia y reciprocidad Martha Séïde

“La degradación de la naturaleza está estre-chamente conectada a la cultura que mo-dela la convivencia humana, por lo quecuando “la ecología humana” es respetadadentro de la sociedad, también la ecologíaambiental saca su beneficio”.(Benedicto XVI)Esta afirmación de la Encíclica Caritas in Ve-ritate bastaría para justificar nuestro títuloen cuanto a la ecología humana y la ecolo-gía ambiental están estrechamente conec-tadas por una relación de interdependen-cia y de reciprocidad. En efecto, está ha-ciéndose cada vez más evidente que losproblemas cruciales de nuestro tiempo, es-casez del agua, contaminación del ambien-te, deforestación, cambio climático, segu-ridad alimenticia y financiera, no puedenentenderse por separado, en cuanto sonproblemas sistémicos, es decir, interconec-tados e interdependientes (cf. C. Doctrinasocial, C. 8). Se trata de entender, en susentido más profundo, en qué consiste laecología humana.

Para una auténtica ecología humana

En el describir la ecología humana, el jesui-ta G: Gely Galindo propone tres elementoscomplementarios: la reconciliación delhombre consigo mismo (ecología de lamente), la convivencia armónica con losotros seres humanos (ecología social) y elequilibrio sostenible con la naturaleza(ecología ambiental). Tal definición nos de-ja percibir que la ecología humana es untérmino globalizador y olístico. En efecto,si la ecología implica un sistema de relacio-nes e interacciones, el mantenimiento de

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cipios ecológicos de base. El físico ecólogoFritjof Capra, premio Nóbel de la ecologíahumana de 2013, propone la enseñanza de los principios de la ecología como la tarea más importante de la educación en elsiglo XXI.Él describe cinco:La interdependencia: todos los miembrosestán interconectados en una inmensa in-trincada red de relaciones; sacan sus pro-piedades esenciales y su misma existenciapara las relaciones con los otros miembros.Ente cíclico: siendo sistemas abiertos, todoslos organismos de un ecosistema producendesechos, pero el material de descarte parauna especie, es alimento para otra, de for-ma que los desechos son completamentereciclados y el ecosistema en su conjuntoqueda privado de residuos. Cooperación: los intercambios cíclicos deenergía y de recursos en un ecosistema sonsostenidos por una cooperación difusa. Latendencia a asociarse, a establecer lazos, avivir el uno dentro del otro es una caracte-rística de los sistemas vivientes.Flexibilidad: a volver a llevar el sistema enequilibrio cada vez que haya una desvia-ción de la norma, debida al cambio de lascondiciones ambientales dentro de los lími-

tes de tolerancia propios de cada uno de lossistemas.Diversidad: una comunidad ecológica hete-rogénea es una comunidad elástica, capazde resistir y adaptarse a las perturbaciones,dado que contiene muchas especies cuyasfunciones ecológicas se sobreponen y se in-tegran.Según el autor, el enfoque de nuestras so-ciedades y de nuestras economías traicionaesta sabiduría de la naturaleza y crea el de-sequilibrio de los ecosistemas. Para reme-diar, propone el aprendizaje de estos prin-cipios como el esencial de la alfabetizaciónecológica y camino para una sociedad sos-tenible.

Adoptar nuevos estilos de vida

El magisterio eclesial desde Pablo VI en ade-lante ha dado un lugar de relieve al temaecológico y subraya la urgencia de una nue-va mentalidad que induzca a todos a adop-tar nuevos estilos de vida, “en los que labúsqueda de lo verdadero, de lo bello y delo bueno y, la comunión con los otros hom-bres para un crecimiento común sean loselementos que determinan las opciones delos consumos, de los ahorros y de las inver-siones”. Tales estilos de vida deben estarinspirados en la sobriedad, en el compartiry en la auto limitación aspirando a una vidamás sostenible, es decir, un estilo que nobusca tanto el consumo de los bienes, cuan-to el mantener buenas relaciones con el am-biente en su conjunto. Es precisamente eneste contexto, en el que Papa Francisco con-tinuando la línea de su predecesor afrontael tema de la ecología ambiental, uniéndoloal de la ecología humana poniendo en guar-dia contra la “cultura del descarte” y exhor-tando a cultivar la solidaridad inter e intrageneracional. Se trata de un particular com-promiso para educar y educarnos a la res-ponsabilidad ecológica para asegurar un fu-turo sostenible a las nuevas generaciones.

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Educarnos y educarnos a las responsabilidad ecológicaReflexionar sobre las implicaciones delos principios ecológicos en la vidaconcreta.¿Cuál es la contribución de la comuni-dad educativa a un estilo de vida sos-tenible?¿Qué tendríamos que cambiar ennuestra vida para que las cosas mejo-ren verdaderamente?

LUZCONTRA

lo tanto, es nuestro deber conocer hasta elfondo las realidades de los muchachos dehoy también si esto significa ir más allá de loque para nosotros es conocido y confor-tante. Si nosotros adultos no nos comprome-temos a comprender a los jóvenes, estos úl-timos advertirán siempre la sensación de serun satélite incomprendido que avanza ensoledad. Tal proyecto educativo puede realizarse sólopor personas profundamente motivadas quese reconocen en la adhesión personal y co-munitaria a aquellos principios clave quepermanecen en la base de la relación inter-personal entre educador y educando, comoel respeto por el otro, la escucha activa, elsostén no invasor, la ausencia de juicio, laacogida de la diversidad.Pero la puesta en marcha de un proyectoeducativo desligado de una sinergia opera-tiva con los otros componentes laicos pierdela eficacia. Es necesario pensar en una ópticade globalidad y diversidad en la que cadacual, respecto a la experiencia personal devida, pueda ser para los jóvenes testimonio.Así como dijo Benedicto XVI la Iglesia crecepor testimonio y no por proselitismo.La posibilidad para las nuevas generacionesde observar la vida desde una pluralidad depuntos de vista, gracias a la contribución for-mativa de los consagrados junto a los laicos,garantizaría la posibilidad de captar los diver-sos detalles de las opciones existenciales.Los laicos por una parte, viviendo un tren-zado de relaciones familiares y sociales amenudo cercanas a las de los muchachos,pueden favorecer la apertura psicológica de

La corresponsabilidadGiusy Fortuna

La repentina evolución y a veces contradicto-ria del hodierno contexto sociocultural, sus-cita retos educativos que interpelan, con lamisma fuerza e intensidad, tanto a la comu-nidad católica como a la laica, dentro de lacual se distribuyen numerosas agencias edu-cativas, la primera entre todas la familia, y nu-merosos centros de reunión y socializaciónque, cotidianamente, se plantean el reto detransmitir a las nuevas generaciones valoresy reglas. Ante nuestros ojos se muestran grosera-mente realidades y horizontes nunca vistosque empujan a los educadores no sólo a ponerse nuevos objetivos educativos, sinotambién a estructurar otros y distintos inte-rrogantes. En efecto, nosotros educadoreshemos crecido en un mundo hecho de re-glas, solidaridad, familias a menudo (tam-bién sólo aparentemente) unidas, de una sociedad supuestamente buena, mientrashoy las nuevas generaciones viven un coti-diano hecho de individualismo, relativismomoral, familias a menudo no cohesionadas,de una sociedad que parece asumir siempreel vestido del gran hermano, que controla,escruta y hace pública aquella rodaja de vidaprivada dentro de contenedores digitalescomo Facebook y Twiter.El mundo de los muchachos de hoy está ca-racterizado por una heterogeneidad, desar-monía, inestabilidad afectivo-emotiva queinfluencia sus opciones y puede arrastrarleshacia experiencias perjudiciales para la saludpsicofísica, en cuanto sin valores y amorales.En este momento cultural, nosotros adultosestamos llamados a ser guía y ejemplo y, por

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los más jóvenes en las fases de transición odificultades y, además, cooperando con lascomunidades de las Hijas de María Auxilia-dora podrían potenciar las relaciones entre lacomunidad educativa y las instituciones cul-turales, civiles y políticas presentes en el te-rritorio.El asumir responsable por parte de cada es-tructura educativa, religiosa o laica, de obje-tivos educativos específicos a alcanzar a tra-vés de métodos compartidos dentro de unadiversidad de vocaciones, es el primer y granpuntal en el que fundar la “revolución edu-cativa” de nuestro tiempo. La apertura cons-ciente a la corresponsabilidad educativa porparte de las comunidades FMA hacia elmundo laico, se convertiría en testimoniode comunión fraterna y ejemplo de acogiday colaboración en la óptica educativa hacialos jóvenes. Estamos en un mundo que es cada vez másamplio y diversificado, en esta óptica las co-munidades de las Hijas de María Auxiliadorano pueden permanecer iguales a sí mismas,cerrándose dentro de las propias realidades,sino más bien hacer un movimiento de aper-tura hacia lo que es diverso de sí mismas, enla óptica de la confrontación y del enriqueci-miento recíproco.

Educación y reciprocidad

La pluralidad de ideas y métodos, la interven-ción sinérgica de educadores procedentesde contextos culturales y religiosos diferen-tes requiere, sin embargo, un compromisode discernimiento y acompañamiento cre-cientes. Pero es precisamente en la posibili-dad de estar “en comunión” con la diversi-dad de las múltiples comunidades educati-vas, como aumenta en manera exponencialla fuerza potente de la intervención sobre ypara los jóvenes.Juan Pablo II, en la Exhortación apostólicapost-sinodal Vida Consagrada, en el nº 54escribe: “Uno de los frutos de la doctrina dela Iglesia como comunión, en estos años hasido el tomar conciencia de que sus distin-tos componentes pueden y deben unir susfuerzas, en actitud de colaboración y de in-tercambio de dones, para participar máseficazmente en la misión eclesial. Esto con-tribuye a dar una imagen más articulada ycompleta de la misma Iglesia, además dehacer más eficaz la respuesta a los grandesretos de nuestro tiempo, gracias a la apor-tación coral de los distintos dones”. Se trata de concatenaciones de relaciones através de las cuales el educador intervienecon los muchachos en la óptica de la coope-

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Este canal educativo ya se utilizó por DonBosco a mitad del Ochocientos. En efecto, élacogía a los jóvenes de cualquier condiciónsocial, haciendo que se sintieran comprendi-dos y respetados. Pero no afrontaba este retoeducativo en soledad, sino que buscaba laaportación diferenciada de varias personas,también de quien estaba distante de la Igle-sia. Esto porque todos los que viven respon-sablemente están llamados a la educación delas nuevas generaciones, una educación he-cha de relaciones, una “cosa del corazón”.

La ‘Leadership’, el liderazgo en la Coordinación para la Comunión

La revolución educativa de nuestro tiempoha de nacer desde luego dentro del cora-zón de cada educador individual, laico y con-sagrado, pero para tener un impacto socialsignificativo es necesario que el ‘liderazgo’de las comunidades de las Hijas de MaríaAuxiliadora se abra a algunos cambios.El mismo Papa Francisco, observando conuna lente de agrandamiento la Vida Consa-grada subraya como ésta está caracterizadapor una cierta auto-referencia y clericalismo.Con esto se quiere entender que, hoy, nu-merosas comunidades educativas, a travésde una cerrazón ideológica y pragmática, noacercan, sino que alejan a las personas.En cambio, para favorecer un movimientode cooperación bajo la enseña de la corres-ponsabilidad entre laicos y consagrados esnecesario que las comunidades activen pro-cesos de escucha y apertura a lo “nuevo”.Sin escucha es difícil cultivar relaciones significativas y entrar en sintonía con las per-sonas y con el mundo. Por lo cual se pide adquirir una mayor flexibilidad y aperturarespecto de las ideas y de las propuestas quellegan del mundo laico, evitando la cerrazónen rígidos esquemas mentales que a me-nudo determinan un alejamiento tambiéndel contexto social.

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ración y reciprocidad. En efecto, no se puedepensar educar a través de un brazo de hierroideológico con el cual el adulto, poseedor deuna hipotética sabiduría, imparte deberesdesde lo alto sin dar explicaciones compren-sibles a los mil porqués del joven.“Quien trabaja con los jóvenes no puededetenerse diciendo cosas demasiado orde-nadas y estructuradas como un tratado, por-que estas cosas resbalan por encima de losmuchachos. Se necesita un nuevo lenguaje,una nueva forma de decir las cosas” declarael Papa Francisco en el coloquio con los Su-periores Generales de Enero pasado. Estoexige de los educadores la disponibilidad aun compromiso de formación y autoforma-ción permanente, en relación con una op-ción de valores culturales y de vida, a hacerpresentes en la comunidad educativa. Los educadores de hoy deben emprenderun profundo trabajo sobre sí mismos queles lleve a ser conscientes de que el Otro, eleducando, es un sujeto de experiencia quevive sentimientos y emociones, cumple actosvolitivos y cognitivos, precisamente como eleducador. Entender, pues, a partir de unomismo, lo que piensa, siente y quiere el jo-ven, es elemento indispensable para alcanzarobjetivos educativos tangibles. La compren-sión del otro, también en los trajes del sufri-miento, permite acoger profundamente elconcepto que la humana es una condiciónde pluralidad, en la que no existe el hombreadulto que enseña y el muchacho queaprende, sino que hay un camino de recipro-cidad en el que educador y educando evolu-cionan juntos, en el que el adulto no pideque el muchacho solo cambie, sino que estédisponible en primera persona a experimen-tar el cambio.La educación es, pues, un proceso en el queel adulto se coloca, sin renunciar a la propiatarea educativa, en una simetría acogedoradonde nos consideramos con igual digni-dad, en la que no se está con el otro o parael otro, sino gracias al otro.

22REVISTA DE LAS HIJAS DE MARÍA AUXILIADORAdma damihianimas

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UN ALMA SE MIDE POR LAS DIMENSIONES DE SUS DESEOSG. FLAUBERT

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DIOS ES PADRE.PERO LA TERNURA QUE TIENE POR NOSOTROS LO CONVIERTE EN MADRE.

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nas. Aquí radica la característica del amoreducativo salesiano: amor universal y per-sonal.Esta convicción nos permite reconocerque Don Bosco nos ha confiado un pro-yecto de espiritualidad. Él es el maestro deespiritualidad juvenil porque ha sabidohacer vivo el Evangelio para los jóvenes,acogiéndoles en sus esperanzas y en susganas de vivir (Juvenum patris 5).A imagen del amor de Dios y de la miseri-cordia de Jesús que rechaza las categoríasexclusivas: “los buenos”, “los malos”, elamor de Don Bosco no excluía a ninguno.En Valdocco, cada uno de sus muchachosse sabía conocido y amado. Muchos sesentían “preferidos”. Él miraba y trataba acada joven como un ser único, redimidopor Cristo, con una vocación suya particu-lar que necesitaba ayudar a descubrir.

Una espiritualidad educativa

Don Bosco creía fuertemente que, tam-bién en el sencillo plano humano, cadacual tiene recursos escondidos, fuerzas vivas, sobre todo en aquel período de fle-xibilidad que es la juventud. Le importabala experiencia de una forma de vivir la vida cristiana que fuera capaz de unificartoda la existencia. Basta recordar una afir-mación de San Pablo que citaba a menu-do: “Por tanto, ya comáis, ya bebáis o ha-gáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios” (1 Cor 10,31). La espiritualidad salesiana es una espiri-tualidad educativa que cree profunda-

Ser testimonios del Dios de la vida Mara Borsi

La Espiritualidad salesiana conduce a encontrar al Dios viviente. El encuentro personal se traduce en acciones adaptadas a un ritmo por el criterio del amor, lo que hace vivir y hace capaces de afrontar cada malestar y cada sufrimiento. El testimonio del Dios vivo necesita estilo: humildad, dulzura, cordialidad, confianza.

Toda la Biblia está atravesada por un senti-do profundo de la vida en todas sus formas.El israelita percibe a Dios como una fuerzaactiva. Dios no es nunca un problema a re-solver, ni una respuesta a nuestras súplicas.Al contrario, es aquel que interroga y delcual parte toda iniciativa.En los Evangelios el Dios que atraviesa ytransforma la vida de quien lo encuentratiene el rostro de Jesús: un Dios muy hu-mano, el “Dios con nosotros”.Jesús nos ha revelado que Dios está en elcentro de nuestra vida. Su Espíritu está en la obra y plasma de sí a las personas,los gestos, las situaciones. Se hace hom-bre y mujer “espiritual” aquel y aquellaque sabe decidirse para hacer de estapresencia, misteriosa e implicante, el sen-tido de la propia vida, el motivo de refe-rencia de toda opción, el fundamento dela esperanza. La plenitud de la vida coincide con el don:el Padre da a su amadísimo Hijo y el Hijose da, por amor, a sus hermanos y herma-

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Sencillamente vivir

He vivido en diversas comunidades y hepodido experimentar la serenidad de unavida cotidiana centrada en la fuerza de laPalabra de Dios, de la Eucaristía y entrete-jida de atención, de diálogo sincero entrenosotras FMA y de perdón recíproco. Co-munidades sencillas, hermanas mayoresque yo que me han dado un testimonioconcreto de fe y de don gratuito. He vistoa Hermanas poner a disposición de la co-munidad, de la misión, de los jóvenesmás pobres sus cualidades, sobre todo suamor y su entrega. Este testimonio ha sidoy es para mí una fuerte motivación a estarmás abierta, más atenta a responder a lasllamadas cotidianas del Señor, a buscar enlas pequeñas cosas su voluntad y a actuaren consecuencia. La relación fraterna y fa-miliar me ha hecho crecer como persona,sentir la confianza de quien vivía a mi la-do, el compartir alegrías, aspiraciones,preocupaciones, la participación respon-sable en el proyecto de la comunidad.No obstante el trabajo intenso que la mi-sión requería, no obstante la diferenciade edad, formación, cultura y mentalidad,

reflexionando en mi experiencia veo con cla-ridad que he vivido en comunidades dondese han armonizado actividades y oración, tra-bajo y el compartir fraterno, pasión apostóli-ca e interioridad educativa.He aprendido mucho también de la relacióncon las jóvenes. He sido asistente de las mu-chachas huérfanas en un internado y profe-sora en una escuela. En el internado he en-tendido cuanta fuerza espiritual requiere laasistencia. Vivir a tiempo pleno con las mu-chachas me ha hecho percibir la belleza de lamisión educativa, no obstante las inevitablesfatigas. Se ha reforzado mi identidad de mu-jer, educadora y madre.Pienso de nuevo con alegría en los muchosmomentos de escucha, diálogo personal, enla búsqueda del cómo hacer para respondera las exigencias de las diferentes edades y situaciones, en los momentos formativos vi-vidos con las muchachas, en las pequeñasexperiencias propuestas para hacerles expe-rimentar los valores evangélicos: lealtad, pureza, servicio. He aprendido junto a lasmuchachas a considerar las dificultades co-mo oportunidades, como estímulos para iradelante evitando el juicio y el pesimismo.He comprendido con claridad que estoy lla-mada a ser testimonio, en medio de las mu-chachas, del Dios de la vida que nos ama conamor eterno.

Verdiana Samissone Armendo, Mozambique

mente en la persona humana, aunque he-rida. Es una espiritualidad que se compro-mete y lucha para que se ensanchen losconfines de la vida contra los de la muer-te. Vida es construcción de una comuni-dad fraterna, comunión filial con Dios,justicia y equidad para todos. Muerte essu contrario. Generar vida es restituir a ca-da persona al conocimiento de la propiadignidad, contra toda forma de alienación.

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a su protagonismo, de forma que no seanuna generación privada de prerrogativas yque puedan vivir, al menos durante algunosinstantes, “la isla que no está” pero que viene. En un contexto histórico y cultural que cam-bia rápidamente, dijo el Papa Francisco en laaudiencia de la Congregación para la Educa-ción Católica, hay que captar el reto educativoy “empeñar los mejores recursos, despertar lapasión y ponerse en camino con pacienciajunto a los jóvenes. Educar es un acto deamor, una gran cantera abierta y uno de losretos más importantes de la Iglesia”. Hay quereflexionar sobre el valor del diálogo, por lotanto, un diálogo que tiene en la escucha sunota peculiar; por lo tanto diálogo en todoslos ambientes, formal y no, con los no cristia-nos y los no creyentes, con la cultura contem-poránea. Ofrecer una propuesta educativa-cristiana a todos, en el pleno respeto de la li-bertad de cada cual, que se podría sintetizarasí: Jesucristo como sentido de la vida. Laoferta de tal propuesta exige educadorescompetentes, cualificados, sobre todo por-que, como afirma aún el Papa Francisco, “Laeducación está dirigida a una generación quecambia, y por lo tanto cada educador – y todala Iglesia que es madre educadora – está lla-mado a cambiar, en el sentido de saber comu-nicar con los jóvenes que tiene delante”. Eleducador ha de tener una alta profesionali-dad, pero la calidad de su preparación no se-ría ni completa ni eficaz si no fuese rica en hu-manidad, capaz de estar con los jóvenes conestilo pedagógico, compartiendo su existen-cia, para promover su crecimiento humano yespiritual. La riqueza de humanidad nace de

Jóvenes, fe e IglesiaEmilia Di Massimo, Palma Lionetti

¡Jóvenes de poca fe! ¿Por qué cada vez másmuchachos por una parte, en su perfil face-book, se asignan una orientación atea o ag-nóstica, mientras que por otra, están en con-tinuo crecimiento los sitios web donde “de-jar” una oración, “encender” una vela, “trans-currir” un momento de paz? Esto debería in-terrogarnos a nosotros educadores respectoa la relación entre los jóvenes y la fe.Escucharles, equivale a darse cuenta de quelos jóvenes no se han hecho sordos a las ra-zones del corazón, que su horizonte espiri-tual no está cerrado a lo trascendente y queno son incrédulos e indiferentes, sobre todorespecto del mundo religioso y, más especí-ficamente, de la Iglesia. Buscar comprender laactitud con la que los jóvenes se ponen res-pecto a la institución eclesial, significa enten-der, a través de sus ojos, como está cam-biando el sentimiento religioso. Pide, pues,que los educadores no sólo tengan una mi-rada distinta respecto de los jóvenes, sinotambién respecto de sí mismos, para evitar elpeligro de hablar dos lenguajes distintos.

¿Quiénes son y qué desean los jóvenes?

El reto que hoy lanzan a la Iglesia es radical,porque pide una redefinición profunda de laidea, a menudo demasiado enraizada, que lainstitución viene antes de la persona, la res-puesta antes de la pregunta, la ley antes de laconciencia, la obediencia antes de la libertad.A los educadores se les pide, como el PapaFrancisco solicita muchas veces, no querertanto que los jóvenes vuelvan a la Iglesia, sinoque por parte de la Iglesia se vaya hacia los jó-venes, dándoles la palabra y dejando espacio

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una vida personal de oración, constante y co-tidiana, sin la cual no puede haber anuncio ytestimonio. Hoy los jóvenes son particular-mente sensibles a los educadores que sonprofundamente humanos, capaces de estar asu lado gratuitamente, conjugando amore-volezza y firmeza; es una tal manera de “ser”que inevitablemente abre el corazón al inte-rrogante sobre Jesús de Nazaret. Es así comose expresa una presencia viva del Evangeliono desarraigada de la realidad contemporá-nea sino en grado de entrar con valentía en elareópago de las culturas actuales y entrar endiálogo.

Una Iglesia “en & out”

Ser jóvenes en el tiempo que estamos vi-viendo siempre es difícil, tanto cuanto ha-cerse adultos; dentro de tal realidad podemospreguntarnos qué espacio tienen la fe y laIglesia en lo cotidiano de un joven, y quésentido tiene hoy para un joven tener fe y vi-vir la Iglesia, interrogantes legítimos de uneducador, pero si queremos verdaderamenteasumir una nueva mirada, es necesario toda-vía recordar que la pastoral necesita una con-versión que se refleja bien en cuanto el PapaFrancisco afirma en la Exhortación apostólicaEvangelii gaudium: “La Iglesia ‘en salida’ es lacomunidad de discípulos misioneros que to-man la iniciativa, que se implican, que acom-pañan, que fructifican y festejan. Salir al en-

cuentro, buscar a los lejanos y llegar a loscruces de los caminos para invitar a los exclui-dos. Vivir un deseo inagotable de ofrecer mi-sericordia, fruto del haber experimentado lainfinita misericordia del Padre y su fuerza di-fusora. ¡Osamos algo más tomar la inicia-tiva!” (Evangelii Gaudium, 24). Una Iglesiaque se implica, que se inclina sobre la existen-cia ajena, sea cual fuere esta, derribando todadivisión, dirá a un joven qué significadopuede tener el encuentro con Jesucristo ensu vida. No nos parece que haya otros cami-nos para que los jóvenes puedan tener toda-vía antenas para Dios y en ellas sintonizarse.Sabemos que la fe cristiana ha padecido en elcurso de la historia un proceso de opacidadde su capacidad de humanizar, no convencemucho más sobre la posibilidad de hacer queel hombre sea más hombre; se registra la in-capacidad de aferrar el sentido último de la fe,a partir de la auténtica garantía de aquellabúsqueda de la felicidad que habita en el co-razón de cada cual. Hoy, muchos, consideranque la felicidad hay que buscarla en otra parterespecto a la religión cristiana; lo confirma suvivir cotidiano, sus decisiones existenciales,las razones que se dan para ir adelante. Y si elCristianismo no lleva a la felicidad, ¿a quién ya qué podrá nunca servir? Los hombres y lasmujeres de nuestro tiempo no están más atra-ídos por el evangelio de Jesús, no obstanteeste último se les presente de mil maneras, enmil tonos, en mil colores. Volverán a advertirla fascinación del Maestro de Nazaret, de suinvitación para una vida bella y digna de serllamada humana, sólo si encuentran educa-dores felices, creíbles porque capaces de daresencialmente amor y compasión. Estamosconvencidos, también en base a la experien-cia, que únicamente así Dios no desparecerádel horizonte del corazón humano; nuestrocarisma nos pide vivir la amorevolezza,“punta de diamante” del Sistema Preventivode Don Bosco.

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con mi verdadera madre y no lograba so-portarla, además era maltratada por ella. Hepermanecido en casa con mi madrastra has-ta que terminé la escuela de enseñanza me-dia superior. Mi padre me decía que tuvierapaciencia con ella. Pero era difícil, ella cadavez que me veía me chillaba, me decía co-sas que me daban a entender que no le gus-taba para nada y por esto me fui de casa alos 18 años. Logré escapar pero no tenía nidinero ni un lugar adonde ir. Entonces em-pecé a emplear el chat. Era un medio parahacer dinero. No sabía donde encontrar un

Un camino distintoAnna Rita Cristaino

Los recuerdos del viaje a Corea son mu-chos. Seúl es difícil de explicar. Es una me-trópolis moderna, una ciudad del presente,pero dirigida al futuro. Son muchísimos losjóvenes que se echan a las calles, la econo-mía está en continuo crecimiento, las líneasde transporte están entre las más eficientesde Asia. Una ciudad dinámica, con vocaciónmulticultural.Una ciudad rápida, que no quiere perdertiempo, en la que todo se desliza, casi comoel río, que la recorre como una arteria. La imagen tradicional de Corea envía a laceremonia del té, al silencio y al ritmo lentodel verter el agua y servir a los huéspedes.Se piensa en una tierra de sonrisas, fruto deaquella espiritualidad oriental que invita amirar siempre más allá de la evidencia.Pero en aquellas calles ahora parece todotriturado en un torbellino de luces, sonidos,olores.¿Dónde está el corazón de la ciudad? ¿Dón-de se puede oír su latido? Quizás es unaciudad con más almas, quizás se ha cons-truido y transformado demasiado rápida-mente. Seguramente es una ciudad opti-mista. De los muchos testimonios escuchadosuno en particular nos ha impresionado. Esla historia de Hyemin Gi, una muchachaque con mucha valentía ha compartido par-te de su vida, quizás la más dolorosa, peroseguramente aquella que infunde esperan-za en quien decide realzarse y volver a em-pezar.“¿De dónde empezaré a hablar de mí? Yono iba de acuerdo con mis padres, no vivía

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La historia de las muchachas de MainHouse y de Mazzarello Center se narra en un DVD producido por Misiones Don Bosco en colaboración con el Ámbito para la Comunicación Social. Allí se narran otras historias, de muchachas que gracias a la ayuda de las fma, han encontrado casa, calor, afecto. Han podido tomar conciencia del propio valor. A través del “calor” de una casa, a través de la claridad de tareas y reglas, a través del reconocimiento que la vida vale siempre la pena vivirla y no tirarla (por la ventana), estas muchachas vuelven a encontrar esperanza, intentan empezar de nuevo, encuentran la valentía de caminar.

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tá ahora ya unida a la industria de la diver-sión, es ilegal y es combatida por la policía.Las muchachas una vez entradas en este gi-ro hacen fatiga para salir de ella. Están en-trampadas. Cuando logran escapar luegotienen muchísimas dificultades; problemaslegales a resolver, curas médicas a sostener.A través de la policía y los centros de con-sulta counselling, tienen informaciones so-bre la casa fma. La primera ayuda que se lesofrece es la de arreglar su posición ante laley, gracias a la ayuda de profesionales. Las muchachas que viven en comunidad enla Main House tienen una edad comprendi-da entre los 19 y los 24 años. Las FMA lesofrecen un año de formación en el CaféMain, no lejos de Main House, para que es-tén en grado de entrar en el mundo del tra-bajo. Además esas muchachas se preparana los exámenes estatales para el reconoci-miento del grado de estudios o para un cer-tificado profesional. En fin, siguen diversasterapias a través del ‘counselling’.Pakk Ha Na Rosa, es una de las muchachasque trabaja en el Café Main y esta es su ex-periencia:“Creía que era una cosa imposible para mítrabajar en un café como camarera, pero lasHermanas que administran este café meofrecieron a mí y a otras muchachas un sitiode trabajo para ayudarnos. Ha sido una

trabajo. Ni un lugar donde ser acogida. Asíencontré a un hombre conocido en el chat.Pasé tres días con él entre el motel y el caféInternet. Al final me dejó. De nuevo estabasola y sin dinero. Di vueltas por todas par-tes, pero no sabía qué hacer. Intenté buscartrabajo y un sitio donde estar, pero nadiequería a una muchacha de 18 años. Nadieme escuchaba y así encontré a otro hombreque me decía que buscaría para mí un tra-bajo y un sitio donde estar. Sabía que no te-nía que creerle, dado que ya había sidoabandonada, pero igualmente le seguí, es-taba muy cansada. Tuve relaciones con él yme pagó. Con aquel dinero vine a Seúl parabuscar una casa que había encontrado enInternet para muchachas escapadas de lapropia. Pero el hombre con quien tenía queestar, ya tenía otra muchacha y por lo tantome presentó a un amigo suyo para que yopudiera vivir con él. Estuve allí un año, sinpensar en nada, intentando divertirme. Élno me decía que me fuera, y no sabiendohasta cuando me quedaría con él, encontréa otros hombres, fui a la cama con ellos, tu-ve relaciones no buenas. Estuve allí un añoy medio y luego alguna me habló de MainHouse y decidí cesar de esto y vine aquí”.

Las FMA que trabajan en la comunidadMain House explican que la prostitución es-

munidad Mazzarello Center donde son aco-gidas menores enviadas por el tribunal. Enefecto el Mazzarello Center es una casa derecuperación. Las muchachas que estánaquí, tendrían que estar en una casa correc-cional para menores. Las Hermanas aquí seproponen restituir a las jóvenes una páginablanca y darles la posibilidad de escribir enprimera persona los sueños, los deseos, loque quieren realizar. Las fma colaboran conotras instituciones. En efecto, el trabajo co-ordinado es sin duda más eficiente. El Maz-zarello Center es muy distinto de las prisio-nes en las que el tribunal habría podido ha-cer ir a muchas de las muchachas, aquí encambio las jóvenes tienen mucha autono-mía y están en grado de auto-corregirsecuando cometen un error. Las Hermanashan entendido que ante todo estas mucha-chas han de reconquistar el conocimientode su capacidad. Aprenden a comprenderel valor del límite, que no es someterse a re-glas forzadas, sino encontrar el justo equili-brio entre el bien para sí y el bien para losotros.Como el arroz en los arrozales, que esperael momento mejor para salir del agua, quese deja calentar por el sol, y que se encorvacuando es el momento de ser recogido, asíestas muchachas requieren la misma pa-sión y paciencia, el mismo cuidado, el mis-mo calor.

Corea es una nación joven. Las fma sabenque en una sociedad donde todo resplan-dece, donde las sonrisas que se ven estam-padas en las paredes son de plástico, los jó-venes siguen buscando la felicidad. La bus-can dentro de ellos. La quieren encontraren algo que no marchite.Las muchachas que hemos encontrado yque han decidido regalarnos su testimonio,tienen ganas de sanar sus heridas y de col-mar los vacíos. Y cada día se curan. Cada díaes el alba de su renacer.

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buena oportunidad. En este café el tiempode mayor afluencia es durante la hora de lacomida. Pero luego encontramos el tiempopara sentarnos y beber un té juntas para ha-cer pasar el cansancio. Es el momento másfeliz porque volvemos llenas de vida y denuevas energías. Trabajando en el café ga-namos algo de dinero y las Hermanas nosayudan a insertarnos en el mundo del tra-bajo. Las más jóvenes vienen a aprender ynosotras tenemos la esperanza a abrir una,dos o tres filiales del Café Maín. Por esto ha-cemos lo que podemos y nos compromete-mos con todas nuestras fuerzas”.

Las fma son valientes. Miran a los proble-mas de muchas muchachas que son captu-radas en la red de la prostitución femeninay lo afrontan, no hacen como si no existiera,no miran hacia otra parte. No buscan Mag-dalenas a salvar. Están allí porque cada per-sona tiene un tesoro y tiene derecho a unavida digna. Restituyen a estas jóvenes unaclave para interpretarse a sí mismas y su vi-da. Cuando una joven ha recibido lo quenecesita, tiene la posibilidad de especiali-zarse en algo para lo que se siente inclina-da, como peluquera, como cocinera, uotras cosas. Para tener un trabajo pasa a tra-vés del centro de auto-soporte self supportcenter. La muchacha es seguida hasta queno es completamente autónoma.

En efecto, Hyemin Gi, nos dice: “Aquí metratan bien más que en una familia, me aco-gieron con calor y afecto. También las otrasmuchachas que están en esta casa me tratanbien y les estoy agradecida. Ahora estudiopara ser enfermera y cuidarme de los otros”.

Siempre hay un punto accesible al bien.Siempre hay la posibilidad de pasar página.Y esta parece ser la misión de las fma quetrabajan en el Main House pero también enotras estructuras siempre a favor de quiense encuentra en dificultades, como la co-

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Informaciones

noticias novedades

del mundode los media

con vencimientos más restringidos, progra-maciones a breve plazo y flexibles.

Son los jóvenes los que captan inmediata-mente los escenarios de hoy. Inmersos en un“presente continuo” ininterrumpidamenteon line, hábiles en las muchas tareas, el mul-titasking, las jóvenes generaciones, a la bús-queda de experiencias distintas, no necesa-riamente coherentes y/o consecuentes entresí, se descubren “exploradores”. Experimen-tan, prueban, aprenden como en un marabierto. Navegan, manejando hábilmente ydescubriendo, tomando decisiones… Comoen Red, buscan link a los que arribar, referen-cias a las que agarrarse, valores y verdades enlos que creer, esperanzas a las que confiarse.Buscan a alguien que les ayude y les oriente aevitar caer en la falsa equivalencia que, tam-bién en la vida, se interactúa con el estado deencendido/apagado; en/off, seleccionado/sinseleccionar. Adultos responsables y reconoci-bles, que no han desteñido el perfil, la consis-tencia y la coherencia de la propia identidad.

Saltimbanquis, o bien aceptar el peligro

Hay una imagen que llevamos en los ojos:Juan Bosco en Becchi, en equilibrio en lacuerda tendida entre dos árboles para hacerdivertir a los amigos y a las familias del peque-ño barrio de Castelnuovo. Suspendido entrecielo y tierra, intentaba y volvía a intentar latravesía suspendido en el vacío. Puede sermetáfora de un estilo pedagógico que no de-ja nada a intentar y que, con los ojos fijos ha-cia adelante, se confía y se fía del riesgo delvacío, con tal de llegar a la meta.Es cuanto ha sugerido también el Papa Fran-

Experimenta

Maria Antonia Chinello

En la comunicación como en la nueva evan-gelización, hay que ponerse en juego, impli-carse, caminar…Como aprendemos a travésde “pruebas y errores” es importante no cesarde buscar y de ir, de cambiar ruta y de volversobre los propios pasos con humildad y mise-ricordia.

Entre “presente continuo” y “futuro próximo”

Vivimos en un tiempo no difícil pero distintorespecto a las épocas que nos han precedido(EG 263), marcado por la rapidez de la innova-ción y de la información, como también porla precariedad económica y social. No es fácilhacer previsiones; algunas veces no estamosen grado de saber si las opciones que hace-mos hoy, mañana serán todavía válidas y si,sobre todo, se tendrán los resultados que seesperan. Si se consideran las oscilaciones delmercado y las previsiones económicas es casiimposible construir escenarios futuros míni-mamente ciertos. Nos movemos en un con-texto social marcado por crecientes interde-pendencias donde cada acción local tiene re-percusiones globales. Según Ulrico Beck actuamos en el “capitalis-mo global del riesgo”, donde los tradicionalespuntos de referencia están cambiando pro-funda y rápidamente, donde a un futuro nosiempre prefigurable corresponde, casi uncontrasentido, un abanico de oportunidadesamplias a elegir, a seleccionar, a comprendery percibir en sus dinámicas y procesos.Parece que “la única certeza de que hoy dis-ponemos es la incertidumbre”. Con esto no se quiere decir que ya no se pro-yecta, que no se mira al futuro. Se hace, pero

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cisco en el encuentro con los muchachos, losprofesores y padres de las escuelas de los Je-suitas: “En el educar hay un equilibrio a tener,equilibrar bien los pasos; un paso firme en lacornisa de la seguridad, pero el otro yendohacia la zona en peligro. Y cuando aquel ries-go se convierte en seguridad, el otro pasobusca otra zona de riesgo. No se puede edu-car sólo en la zona de seguridad; no. Esto esimpedir que las personalidades crezcan. Peroni siquiera se puede educar sólo en la zonade riesgo; esto es demasiado peligroso”.Nuestra misión educadora evangelizadora pi-de, hoy como ayer, dinamismo misionero quelleve sal y luz al mundo, para no paralizarse,no llevar más allá la respuesta al amor de Diosque nos convoca a la misión y nos hace com-pletos y fecundos.

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Poseemos, como Iglesia e Instituto, un“tesoro en vasos de arcilla”; esta convic-ción nos permite conservar la alegría enmedio de una tarea tan exigente y desa-fiante que coge nuestra vida por entero.Nos pide todo, pero al mismo tiempo nosofrece todo. Tomar la iniciativa, implicarse, acompa-ñar, fructificar y festejar… no hay excusas,

también ante grandes dificultades, para redu-cir nuestro compromiso; “es precisamente apartir de la experiencia de este desierto, deeste vacío, como podemos nuevamente des-cubrir la alegría de creer, su importancia vitalpara nosotros, hombres y mujeres. En el de-sierto se vuelve a descubrir el valor de lo quees esencial para vivir; así en el mundo con-temporáneo son innumerables los signos, amenudo manifestados en forma implícita onegativa, de la sed de Dios, del sentido últimode la vida. Y en el desierto hay necesidad so-bre todo de personas de fe que, con su mis-ma vida, indiquen el camino hacia la Tierraprometida y así mantienen viva la esperanza”(Benedicto XVI).

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Candy Crush Saga es un appentre las más descargadas (yjugadas) para iPhone, iPad yAndroid… pero se puede ju-gar también en Facebook.Cuarenta y cinco millonesde jugadores en el mundo,600 millones de partidas aldía, más de 30 millardos departidas al mes, más de 500millones de usuarios la handescargado a nivel global yque hayan jugado ahí más de150 millardos de veces. Unacompañía sin límites de edad:se va de los muchachos de laescuela primaria a los jóve-nes, a los adultos hasta a los

pensionistas. Todos juntosapasionadamente con unúnico objetivo: hacer estallarcuantos más caramelos posi-bles, reagrupándolos por co-lor, forma, tipología. Apenasse coge algo por mano, se ha-ce difícil salir fuera de ahí. Eljuego no siempre es fácil,porque está basado en el90% en la suerte y el resto10% (pero quizás menos) enla habilidad. Si se quiere ga-nar con más comodidad, bas-ta pagar y comprar caramelosbonus, peces de gelatina má-gicos, tiempo y movimientosañadidos.

Me parece que la dulzuraestá terminando; una noti-cia de las últimas semanasha trastornado el comercio,business que está detrás atal (y semejantes) aplicacio-nes: “King.com”, la sociedadinglesa editora del juego, haobtenido el copyright exclu-sivo de la palabra “candy”con los relativos derechosde utilización. Quien ahorautilice la palabra “candy” enel título de algún app debe-rá demostrar que su juegono viola la marca, sino ten-drá que pagar multas subi-dísimas.

Caramelos que estallan

mediata no podía curar a una mujer. El hom-bre vuelve a casa rechazando la oferta deayuda del padre de Ida y dejando morir a lamujer. El episodio se repite en la misma fatí-dica noche una segunda y una tercera vezcon un musulmán y un hindú. Tres mujeresque mueren de parto ¡por falta de mujeresmédico! El hecho sacude a Ida profunda-mente tanto que provoca en ella un cambiototal, pasando de su rechazo de vivir en la India al decidir estudiar medicina para ayu-dar a las mujeres indias. Vuelve a EstadosUnidos en 1895 y se inscribe en el ColegioMédico Femenino en Pensilvania. Comple-tados los estudios en 1899, vuelve con pa-sión para cambiar la situación. En 1900, inicia un pequeño ambulatorio enVellore y dos años después construye unhospital con 40 sitios con camas. Desde en-tonces los pasos para el desarrollo de estecentro médico no ven límites. Hoy el colegioofrece cursos de doctorado y 150 cursos delicenciatura en Medicina, Enfermería y otrasdisciplinas afines. Un total de 2.000 estudian-tes están inscritos cada año. El hospital tiene2.000 sitios con camas y 5.000 en ambulato-rio, siendo uno de los hospitales más re-nombrados al servicio de los pobres de laNación.Está al servicio de todos sin distinción, perola cercanía evangélica marca el ambiente enforma inconfundible. Los párrafos de la Pala-bra de Dios resuenan en los cuadros de ca-da pared, en las oraciones organizadas y enlos himnos que se cantan y/o se tocan. Sonvarias las denominaciones cristianas que co-laboran en el ofrecer asistencia espiritual a

Mujeres que surcan con el EvangelioBernadette Sangma

En estos últimos meses, por las sorpresasque Dios nos regala, estoy en Vellore en elSur de la India. Aquí he podido testificar elcorazón evangélico de dos mujeres capacesde transformar el entero territorio en un oa-sis de bien al servicio sobre todo de los máspobres y marginados. Vellore es un lugar se-miárido adornado aquí y allí por las cimasrocosas cuyo reflejo crea un calor enormesobre todo en los meses estivales.Es en este lugar donde dos mujeres lejanaspor orígenes, formación e intereses distin-tos, animadas sin embargo por la misma pa-sión por Dios y por la compasión por la hu-manidad, convergen de forma providencial.Una estadounidense, la otra italiana; unaProtestante y la otra Católica, religiosa y fma;una interpelada por el campo de la salud pa-ra las mujeres y la otra por la educación delas mujeres; ambas han sembrado y han tes-timoniado la fuerza transformadora delEvangelio.

Ida Scudder, fundadora del Colegio Médico Cristiano

Hija de una pareja de misioneros cristianosde Estados Unidos, Ida no quería seguir lospasos de los padres, pero la enfermedad dela madre hizo que regresara a la India en1890. Un regreso que cambió radicalmentesu vida.Todo acontece una tarde cuando un indiohindú de la casta alta fue a buscar a Ida pi-diendo una ayuda médica para la mujer conparto difícil. Era su padre el médico, pero si-guiendo las costumbres indias de aquel pe-ríodo, un hombre de fuera de la familia in-

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los pacientes y se respira un clima de solida-ridad y sostén para afrontar el sufrimiento fí-sico, psicológico y espiritual.

Cesira Gallina, soñadora del Auxilium College. Katpadi

Cesira Gallina nació en una gran familia de15 hijos de los cuales cuatro mueren de ni-ños. De los otros once hijos que quedan,tres se hacen religiosas, entre las cuales unamisionera FMA en Argentina. Cesira desem-barca para la India en 1929 con un grupo deotras siete misioneras y la primera inspecto-ra de la India, Madre Tulia Berardinis. Susprimeros años de vida misionera los trans-curre en los alrededores de Vellore y en elmismo Vellore, trabajando en la escuela, vi-sitando a las familias y distribuyendo medici-nas en las aldeas.En 1952, es nombrada cuarta inspectora de laIndia. Y mientras recubre esta responsabili-dad desde el 1952 al 1959 que realiza su sue-ño educativo para las mujeres jóvenes. En elorigen del sueño está la interpelación de unmusulmán, oficial educativo del distrito.Constatando la calidad educativa de las es-cuelas de las fma en la zona, el oficial pide aMadre Cesira que complete tal servicio conla apertura de un colegio universitario quepueda hacer progresar la educación supe-

rior de las jóvenes mujeres. La narración delepisodio dice que mientras estaban conver-sando, el oficial se da cuenta de que es tiem-po para su oración de la tarde, se excusa, en-tra en la capilla y se postra cinco veces en elacto de la oración islámica y luego se despi-de de Madre Cesira sonriente declarandoque estaba seguro de su respuesta positiva.Y así aconteció…porque no obstante la faltade los medios y del personal, el sueño se ha-rá realidad después de dos años. Los prime-ros inscritos eran 60 en 1954 con la posibili-dad también de un colegio de pensionistaspara acoger a 250 estudiantes residentes.Hoy, la realidad del Auxilium College, Katpa-di, es un mundo de expresión femenina deinteligencia, ciencia, cultura, fe, religiosidad,arte y estética, creatividad, de ideas innova-doras que poco a poco llevan al cambio, re-conociendo las propias raíces y las percep-ciones sobre la situación de la mujer, dondees vigente siempre la discriminación y lamarginación hacia quien nace mujer.Corazón de este universo femenino dondepasan más de tres mil jóvenes cada día, es lafe, la semilla del Evangelio y la espiritualidad.Basta observarlas mientras rezan en la Igle-sia y como participan ¡en las propuestas es-pirituales de sus educadoras!

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pregunta si aquellasmuertes de 1988 fueron en vano...“Siento que quiero pelear por la democracia.pero creo que debemos tener un plan a largoplazo. No podemos salir a las calles de nuevopara que nos disparen porque ya no tenemosmás gente dispuesta a morir. Esta gente fuetan valiente... pero a veces siento que murie-ron por nada. No queda nada del 88. Es comosi todo se hubiera olvidado”, reflexiona.Joshua, de 27 años, cree que el mundo se estáolvidando de su país y por eso decide conver-tirse en periodista, sumar a otros a su red, cap-tar imágenes de lo que sucede en Birmania yenviarlas clandestinamente, vía internet, a Os-lo, desde donde colaboradores las retransmi-ten a las grandes cadenas de televisión mun-diales, como la CNN y la BBC.De las acotadas y acalladas protestas puntua-les por el alza en los precios de los combusti-bles, pronto todo evoluciona a manifestacio-nes de descontento más numerosas. Pero elclima social se caldea cuando los monjes bu-distas deciden salir a las calles para reclamarcambios al régimen militar y denunciar la po-breza y la esclavitud a la que son sometidoslos birmanos. Las manifestaciones de los mon-jes son pacificas. Su canto, en la cara de losmilitares, es elocuente: “Que todos los seresdel universo sean libres.

BURMA VJ Reporter i et lukket landde Anders OstergaadDinamarca, 2008

Natalia Kidd

Cuando en septiembre de 2007 pacíficos mon-jes budistas se enfrentaron al régimen militarbirmano, el mundo entero centró su atención enBirmania. Se prohibió la entrada en el país de te-levisiones extranjeras, pero Joshua, un joven pe-riodista de 27 años, y su equipo trabajaron paracontrarrestar la propaganda militar y manteneral mundo informado sobre la situación en el pa-ís cerrado.

“Cuando tomo la cámara, quizá mis manostiemblan. Tal vez mi corazón lata muy rápido.Pero después de filmar por un rato, todo estábien. No tengo nada en la mente. Sólo tengomi objetivo en la cabeza. Yo sólo filmo. Éste esmi país. Y así ha sido por más de 40 años”, re-lata Joshua, un joven reportero birmano.Así se inicia “Burma VJ”, un revelador docu-mental que rescata la labor de la Voz Demo-crática de Birmania, una red de periodistas deese país que, desde la clandestinidad y solomuñida de cámaras digitales portátiles, hacevisible en el exterior lo que sucede en esa na-ción, sometida por un duro régimen militar.La prensa extranjera tiene vedada la entrada aBirmania por lo que el trabajo de estos repor-teros se vuelve fundamental para hacer cono-cer puertas afuera y por primera vez tambiénpuertas adentro el clima de agitación socialque comienza a suscitarse a mediados deagosto de 2007, cuando la dictadura, que lleva19 años en el poder, decide de un día para elotro duplicar el precio de los combustibles...Ésta no es, sin embargo, la primera vez que losbirmanos protestan contra el régimen. En 1988la gente salió a las calles, pero la respuesta delos militares fue una matanza de tres mil per-sonas que logró acallar el descontento. El ré-gimen del terror hizo efecto. La gente estácansada, pero aún vive con miedo. Joshua se

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Libres de todo miedo, libres de toda aflicción,libres de la pobreza.Que tengan paz en sus corazones”.Pero la respuesta de los militares está bien le-jos de la paz y el mundo se entera de ella gra-cias al trabajo de Joshua y su treintena de co-laboradores.A medida que el servicio de inteligencia delgobierno entiende el poder de las cámaras,los VJ (videojournalists, videopetiodistas) seconvierten en su principal objetivo.“Después de décadas de olvido, Birmania fuedescubierta de nuevo por el mundo. Y en tér-minos generales, debemos esto a sólo un pu-ñado de ciudadanos birmanos que de llenopusieron sus cámaras para trabajar con un in-genio y coraje inmenso”, destaca Anders Os-tergard, director de este documental, realiza-do en 2008.Ex colonia británica, Birmania cambió su nom-

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bre oficial por el de República de Myanmar en2011, cuando se disolvió la junta militar y elGobierno pasó a manos civiles.En abril pasado, la nación asiática celebróelecciones en las que la Premio Nobel de laPaz y líder de la Liga Nacional para la Demo-cracia, Aung San Suu Kyi -cuyo protagonismocomo líder opositora y presa política destacael documental-, resultó electa diputada.Aún con este cambio hacia la democracia, lanación, donde viven 60 millones de personas,no escapa a serias dificultades, como la pobre-za extrema, las catástrofes naturales y los cho-ques entre budistas y musulmanes...Como sea, “Burma VJ” invita a pensar en situa-ciones análogas, donde el periodismo lograromper el cerco informativo en verdadera de-fensa de la democracia. Y abre una ventana deesperanza sobre cómo los ciudadanos pue-den vencer el miedo y hacer oír su voz.

El directorNacido en 1965 en Copenhague, Anders Øs-tergaard, se licenció en periodismo en la Da-nish School of Journalism. Entre 1991 y 1996ejerció de redactor y estratega publicitario y,de forma puntual, de asistente de direcciónpara la unidad de documentales de la televi-sión pública danesa. Su carrera como directorarrancó en 1996. Galardonado con el premio almejor documental en el Festival de Cine deOdense en 1999 por The Magnus, es el guio-nista y director de la coproducción internacio-nal Tintin et Moi (2003) –estrenada en 2007dentro del ciclo “El documental del mes”– y eldocumental Gasolin (2006).

Periodismo por la vidaJóvenes reporteros birmanos luchan para in-formar desde un país tan aislado como el suyo,pese al riesgo de tortura y cadena perpetua alque se exponen. Armados con sus pequeñascámaras, viven la esencia del periodismo e in-sisten en mantener el flujo de noticias. El ma-terial periodístico se convierte en material decontrabando que retorna a Birmania vía satéli-te, a través de los medios de comunicación in-ternacionales.

Joshua, relata en primera persona cómo sugrupo de reporteros se organiza. Tras las pri-meras protestas, Joshua y su equipo se con-vierten en los únicos responsables de mante-ner viva la revolución en todas las televisionesdel mundo. Rápidamente el régimen es cons-ciente del poder de la cámara y los reporterosson constantemente perseguidos por losagentes del gobierno, que ven los medios sa-boteadores como su presa más preciada.Burma VJ es una visión única del periodismode alto riesgo y de disidencia en un estado po-licial y, al mismo tiempo, un documento ínte-gro sobre los históricos y dramáticos hechosde septiembre de 2007.

GalardonesNominado al premio Oscar al mejor docu-mental, eua, 2010.Premio al mejor montaje documental, Sundan-ce film festival, Eua, 2009.Premio Joris Ivens y premio de los derechoshumanos en IDFA (festival internacional de do-cumentales de Ámsterdam), países bajos, 2008.Premio al mejor documental y premio amnistíaen CPH:DOX (festival internacional de docu-mentales de Copenhague), Dinamarca, 2008.

Un manual de misericordia

Tintxo Arriola ha frecuentado los caminos dela vida y ha sabido ofrecernos un manual demisericordia y el desvelo testimonial quedesde su experiencia en las aulas parececonvocar a sus alumnos del seminario «el sen-tido de la vida» y a todos nosotros a visitar lascunetas de la existencia y entrar en comunióncon una realidad que tantas veces nos empe-ñamos en ignorar. La espiritualidad de este be-llo y reflexivo acercamiento nos muestra quela injusticia social y la dureza de la vida no sontan opacas al fenómeno religioso si sabemosescuchar sus ecos y nos abrimos a su llamada.La vida, como las sombras, el humo o el aguano se deja atrapar, medir, controlar. Se trata deahogar el miedo en el río de los sueños. La vi-da, frágil como el barro de que estamos hechos(agua y polvo transfigurados por el fuego) ne-cesita ser protegida. Porque, si los sueños mue-ren, la vida no pasa de ser un pájaro sin vue-lo ni canción.

El Barro de los sueñosDiario de un cura de barrioMaría Dolores Ruiz Pérez

El Espíritu nos está invitando a todos, pero es-pecialmente a la vida religiosa, a ser hombresy mujeres audaces, de frontera. El Papa Fran-cisco nos dice a los religiosos y religiosas quelas fronteras deben ser buscadas de acuerdoal carisma de cada instituto. Las realidades deexclusión son una prioridad. Los superioreshan de enviar a los apostolados de frontera alas mejores personas, a las más dotadas, puesson situaciones de mayor riesgo que exigencoraje y mucha oración. Además, es necesa-rio que los superiores acompañen a las per-sonas comprometidas en esos apostolados.La lectura de esta obra nos acerca a la expe-riencia de vida en la frontera de un sacerdo-te en un barrio marginal de la ciudad de LosÁngeles (California). El autor es un cura vascoque estudió en las universidades de Deusto yCalifornia y ha dedicado su vida a la enseñan-za y el trabajo con los jóvenes en Estados Uni-dos, Japón y España. Actualmente combina laenseñanza con la pastoral universitaria y susestancias en los barrios bajos de Los Ángeles.La obra nace de un seminario académico so-bre «el sentido de la vida» y aterriza en la vi-da misma a «ras de barrio». Un elenco de nom-bres y sus sueños de barro marcados en la me-moria. Un libro puente y eslabón, libro a ca-ballo entre una «filosofía» y la «teología narra-tiva», entre la teoría y el vértigo, entre la anéc-dota y la metáfora, entre el amor y el humor,entre la existencia y sus espejos, entre las pre-guntas y sus ecos, entre la vida y su lado os-curo. En definitiva, una obra acerca de la vidatal y como se nos presenta, como tarea y opor-tunidad, como acertijo o trampa…

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¿Cómo es el barrio?

Lo explica el propio autor. Entresaco algunaslíneas. Se trata de un barrio marginal, un gue-to de pobreza e ignorancia. El barrio es comouna mancha de aceite que se extiende entrela ciudad sanitaria, dependiente de la univer-sidad y una zona industrial que, haciendopinza, lo descoyuntan y arrinconan contra el tren y las autopistas. Se halla en lo que seha llamado la «frontera de cristal»: los pobresestán ahí pegados, sueñan con la vida al otrolado del vidrio. Por un tiempo miran, des-pués pasan a ser simples reflejos, hasta queellos mismos terminan por hacerse transpa-rentes y, por tanto, invisibles. Limpian sus casas, cuidan sus jardines, sirven en sus res-taurantes, pero ya nadie los ve, no están, noexisten. Sin embargo, siguen ahí clavadosaún en su noche, los de siempre, «los humi-llados» de Dostoievski.

¿Qué haces en el barrio?

Dice que de todo. Hay que hacer de todo:soy cura y asistente social, consejero, profe-sor, brujo, psicólogo y deshacedor de en-tuertos. La parroquia es el centro de toda ac-tividad: social, benéfica, cultural –la poca quehay- e incluso de diversión: baile, cenas… En ella funcionan, gratuitamente, una clínicade atención médica, clases de preparaciónde ciudadanía, Alcohólicos Anónimos, clubde jubilados, grupo de jóvenes, clases deapoyo, deportes, ropero y mil cosas más.Con los niños, en verano, hay dos semanasde juegos y salidas… La gente tiene fe ciegaen su cura. Le creen omnipotente, y sabenque siempre está de su lado. Lo buscan paratodo, para arreglar papeles o pleitos, para solicitar ayuda o buscar apoyo, para escribircartas de recomendación, para pedir un con-sejo o sacar fotocopias. En él buscan consue-lo y protección. Para todo. Es «el padre». Así le llaman, y es hermoso. Me paseo por el barrio, enredado en un pen-samiento o arrastrando una nostalgia. Saludoa la gente, a la puerta de sus casas, tomando

el sol o la cerveza, vivo dejándome vivir. Medetengo ante la niña que se calza los patinessentada en el bordillo de la acera. O del an-ciano que recoge, lentamente, siempre lasmismas hojas, al atardecer. O la mujer que seme cruza con todo el peso de la vida cargadoen unas bolsas de plástico. Me acerco a losmuchachos que esperan –la misma hora, el mismo lugar- la dosis del infierno que leshará olvidar… Acercarse a esa vida concreta, escuchar el la-tido que se pierde o se retrasa, eso es todo.«La vida no es como se vive, sino como se recuerda» dice García Márquez. Yo creo quees, más bien, como uno se la inventa.

Cuida tus alas

El autor transmite cada experiencia con acer-tadas imágenes que traslucen la mirada deun contemplativo en la acción. Cuando tienea Cathy, una niña nacida de una madre ado-lescente y con una historia a sus espaldas ex-presa: con cada niño que nace, Dios estáconfirmando que sigue creyendo en loshombres. Nos da una nueva oportunidad,prolonga su alianza con nosotros. No haymodo de no alegrarnos. Y celebrarlo. Mepregunto qué será de estas criaturas con eltiempo, qué porvenir les espera.En definitiva el libro nos muestra como lapráctica del amor requiere la práctica de lafe. Y en la vida y obra de Tintxo se nota quehay mucha. Una obra de lectura muy reco-mendable para todos y todas, especialmentepara nosotras FMA en clima de preparaciónal CG XXIII. Precisamente, el Instrumento deTrabajo ha tomado como prospectiva «la pe-riferia», señalando que «la periferia no esúnicamente un lugar geográfico, sino tam-bién una prospectiva desde la cual mirar larealidad para acoger la misteriosa sabiduríaque el Espíritu Santo comunica por medio delos pobres que para nosotras se identificancon los jóvenes más necesitados».

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grupo y en equipo, la tolerancia, la habilidadcomunicativa, la concentración, la presen-cia, la autoformación y mucho más.Seguramente algunas técnicas teatrales pue-den aprenderse sistemáticamente en el tea-tro pedagógico y usarse con éxito tambiénen otras áreas de actividades no artísticas.Igualmente los elementos de formación, porejemplo del fitness o también la formaciónmental aplicada en diferentes deportes pue-den beneficiar de forma inversa el trabajocorporal en el teatro. La diferencia está en elhecho de que una secuencia expresiva demovimiento en el teatro no es la mera aplica-ción de una técnica calificada, como una pre-sentación acrobática de circo. En el teatropedagógico el actor en la escena lleva la ca-lidad de su expresión corporal y de las es-tructuras de sentido, los motivos, las emocio-nes del mundo interior propio o de aquel delasunto que está interpretando. Por esto losjóvenes actores han de tener un conceptomuy claro de las costumbres, de las cualida-des y de los rasgos de la figura que quierenpersonificar. A veces algunas tareas – comodesdichadamente acaece a menudo – sonrepresentadas sólo de forma superficial y es-tereotipada, y de este modo no se puedeconseguir el nivel de desarrollo de la perso-nalidad en la creación artística.En la extendida estética de un gran númerode áreas sociales, la noción de estética estáperdiendo cada vez más el nivel de un pro-ceso artístico. Esto lo vemos por el cuidadoestético de los bienes de consumo. La miradade un comprador potencial hacia un pro-ducto se detiene en la hechura. Al compra-dor se le convence a que tome su decisión

La formación de la personalidaden el teatro pedagógicoSara Cecilia Sierra, Wolf Rüdiger Wilms

En este artículo deseamos volver nueva-mente a la pregunta del valor formativo quetienen los juegos teatrales, porque en un ám-bito de trabajo pedagógico social, el teatro hade considerarse desde el punto de vista de laeducación.No se puede equiparar formación con edu-cación. En el proceso de educación hay tareas e incumbencias bien claras, hay quieneduca y quien aprovecha el proceso educa-tivo.Ante esto la formación puede comprendersecomo auto-formación de la persona en rela-ción activa con la vida que la rodea. Los jue-gos teatrales se desarrollan en el sector de laformación artística (estética) en la que el su-jeto se confronta consigo mismo y su am-biente en un contexto artístico. Como profe-sores de teatro está bien crear de esta formalas condiciones para un desarrollo de la per-sonalidad de los estudiantes en una forma in-dependiente y autodeterminada. El tipo de experiencia que es importante parael teatro pedagógico, se basa en impresionessensoriales concretas que no pueden tradu-cirse en una lengua académica, porque sonparte de un proceso de realización creativoy de significado. Este proceso no ha de en-tenderse de forma errónea como una ins-trucción de percepción pura.Está bien estar atentos a todas las posibilida-des que el teatro en un contexto pedagó-gico puede ofrecer también como remedio afenómenos de crisis individuales y sociales.Aunque el teatro no puede hacer todo. En primer lugar el teatro pedagógico actúa enalgunos comportamientos (competencias sociales) como la capacidad de relación en

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vocar inseguridad y desorden en el actor.Este podrá y deberá fortificar sobre todo la fa-cultad de juicio del individuo y contribuir aque las causas de la acción de un sujeto nopermanezcan latentes, cerradas en la baja te-rraza de estructuras de sentido pre/o incons-cientes o cargadas de prejuicios. El valor dela formación de este espacio entre actor ypersonaje refuerza las facultades de juicioen el mundo social en el que vive el sujetoque juega.

En síntesis

• El teatro pedagógico dispone de una esté-tica propia. Con esta quiere provocar algotanto en el jugador/actor como en el es-pectador. Sin embargo el teatro pedagó-gico no puede ser instrumentalizado o re-ducido a una acumulación de recursos yremedios para objetivos fuera del teatro.Tales expectativas exageradas pueden lle-var a fuertes desilusiones.

• El teatro pedagógico crea un espacio de ex-periencia en el que los actores aprenden averse ellos mismos y el mundo en el queviven, al inicio con los ojos de los otros ydespués con los propios ojos, pero trans-formados, para interactuar de manera po-siblemente diferente.

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partiendo de la envoltura, sin interesarse mu-cho de la calidad del producto verdadero ypropio. En el teatro el público no creerá en lainterpretación de un actor que presenta supersonaje, si él se esconde detrás de la cos-tumbre y la máscara y sin hacer visible y tan-gible su juego y su gesto directo por impulsode su mundo interior.La esencia de una presencia estética en el te-atro, y con ésta también su significado para laformación de la personalidad, consiste en elhecho de que el actor (y por una cierta exten-sión también el espectador) haga una auto-experiencia de la perspectiva de un conoci-miento extraño, para poner en juego no a símismo, sino al personaje.En este proceso se viene a crear un cierto diá-logo interior y también un conflicto entre elactor y el personaje al cual el jugador/actorha de reaccionar. La señalación y presenta-ción de tales contradicciones y disparidadeses un aspecto central en el teatro épico deBertolt Brecht. En la base de esta perspectivadiferente y extraña de la experiencia propia,el actor puede crear nuevas realidades enlas que es capaz de utilizar el espacio am-pliado para nuevas posibilidades de percep-ción de la realidad social en el juego.La ruptura con lo que es familiar, que se ve-rifica a menudo en este contexto, puede pro-

cesidad de ella. ¿Hipocresía? Pero no,¡bromeamos! Sencillamente imposibili-dad para enfocar lo que tiene bajo la na-riz, incapacidad de poner la mirada en loque toca directamente su vida. Ojo prés-bite,Sor Zoe. Su mirada es homogénea, equi-librada, sabe poner todas las cosas en susitio… sí, va bien, a veces tiene reflexio-nes que medita, pero ¿quién no ha vuel-to nunca sobre sus pasos? ¿Incertidum-bre? ¡Ni soñarlo! Cada juicio que formu-la sobre la realidad necesita un correcti-vo porque se le presenta siempre condos ópticas distintas…por otra parte elbien no está nunca siempre y ¡sólo deuna parte! Ojo astigmático.Sor Dolores. Su mirada es realista, a ve-ces algo obscura, sí, pero por otra partehay crisis doquiera y no son ya los tiem-pos de antes… ¡no hay para estar preci-samente alegres! ¿Pesimismo? ¡Nadamás falso! Con el paso de los años laofuscación visual global reduce la lumi-nosidad excesiva de los ingenuas arreme-tidas juveniles. Catarata.Y luego yo, Sor Camila. Mi mirada es…¿Cómo dice doctor?... Sí ciertamente,ciertamente, mejor ¡intervenir ensegui-da!Mi visita ha terminado.Y tú ¿de qué ojo eres?

Palabra de C.

Ojo por ojo

He de ser sincera, por mi edad respetableciertamente no puedo lamentarme de lasalud que el Señor generosamente meconserva más bien floreciente, sin em-bargo, como imagino acaece para mu-chos, a veces la vista me juega malas pa-sadas; por esto he tenido que recurrir a laconsulta de un especialista. Y – no lo cre-erías - ¡en aquel estudio del oculista seme han abierto los ojos! Ojo por ojo (en el verdadero sentido dela palabra) es posible pasar en revista to-do el variado mundo que se esconde enuna comunidad religiosa; y, mientras eloculista me explicaba todos los proble-mas de vista que pueden afligir a una per-sona, yo veía deslizarse delante la alegrecuadrilla de mis hermanas…Sor Mercedes. Su mirada es activa, vivaz,capta en la señal todo lo que le pasa al la-do; pero sólo aquello, su oficio, sus debe-res, su conversión, sus jóvenes, su Je-sús… más allá no puede ir. ¿Mala volun-tad? ¡Ciertamente no! Lo que está lejos(quizás sólo en la Inspectoría…) está tandesenfocado que se confunde con la na-da. Ojo miope.Sor Vera. Su mirada es emprendedora,previsora, capaz de captar las huellas deDios diseminadas en las experienciasmás originales, en las misiones más re-motas. Pero luego es inútil llamar a supuerta porque ni siquiera se da cuenta deque quien vive a su lado puede tener ne-

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Se hace para decir

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Próximo Número

DOSSIER: Palabras y gestos: de don

CULTURA ECOLÓGICA Conversión ecológica

HILO DE ARIADNA: La relación

EJS/CULTURAS: Para ser felices

PASTORALMENTE: Jóvenes y liturgia

REVISTA DE LAS HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA

Año LXI Mensual

n. 5/6 Mayo/Junio

PALABRAS Y GESTOS DE DON

YO SOYEL PAN DE LA VIDA

(JN 6,35)


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